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El mejor parto tras dar nueve vueltas a la Catedral

Cuando todo ha ido bien, le llevan al recién nacido y le ofrecen un ramo de flores a la Virgen

Clara Ortí, junto a su bebé, visita la Catedral de València. | LEVANTE-EMV

1, 2, 3... y, así, hasta nueve vueltas a la Catedral de València. Una por cada mes de embarazo. Esa es la tradición que cumplen centenares de mujeres de la ciudad y del resto de la Comunitat Valenciana unas semanas antes del parto. Por eso, no es nada extraño que, al acudir a este lugar, el turista o visitante se encuentre a alguna embarazada dando vueltas por la Catedral.

El mejor parto tras dar nueve vueltas a la Catedral

El objetivo, como explica el párroco José Verdeguer, es «encomendarse a la Mare de Déu del Cor para tener un buen parto». No obstante, expone que hay una tradición anterior a esta, en la que las mujeres acudían a la Mare de Déu de la Bona Esperança para «pedir que todo saliera bien».

Clara Ortí cumplió la costumbre hace poco más de un año. «Yo no la conocía, pero fue mi abuela quien me la contó», explica a Levante-EMV. La mujer destaca que, en un principio, «no sabía si realizar el ritual por la pandemia, ya que no quería acercarme a ningún lugar en el que hubiese mucha gente». Sin embargo, «tuve complicaciones para quedarme embarazada y decidí realizarlo para que todo saliera bien».

Ella acudió a la Catedral de València junto a su madre durante el último trimestre de su embarazo. En este sentido, el párroco Verdaguer destaca que es «curioso porque la mayoría de mujeres acuden con su pareja o su madre a realizar este rito». En la entrada, la persona encargada les ofrece la oración que deben rezar ante la Mare de Déu al terminar cada vuelta y una vela para el parto. «El cirio debe encenderse cuando empieza el parto para que todo vaya bien por eso, lo hace algún familiar», expone Clara. Yolanda Caravaca también realizó este ritual antes de dar a luz a su hija. «Es una tradición muy típica en València», expone Yolanda, quien añade que era primeriza y «estaba un poco asustada por lo que pudiese pasar». «Es un cúmulo de emociones y, si tienes un poco de fe, lo haces para que todo vaya bien», afirma. Ella explica que fue su abuela quien encendió la vela cuando se puso de parto. «Se supone que el proceso del parto dura lo que tarda en consumirse la vela», rememora.

Por su parte, Clara destaca que aunque «no seas creyente, la gente lo hace como un reclamo de buen parto». Verdeguer añade que, todos los días, se cruza con alguna mujer que va a realizar el recorrido y añade que acuden «personas muy practicantes y otras que se encuentran muy alejadas de la tradición».

Una tradición muy viva

A pesar de las circunstancias, todos los días acuden varias mujeres embarazadas a realizar este ritual. En este sentido, el párroco afirma que es «una costumbre que sigue manteniéndose muy viva». Además, explica que también es una tradición de salud porque «al dar las nueve vueltas, las mujeres realizan cerca de un kilómetro andando y eso facilita que el niño se sitúe en la posición correcta para el parto».

No obstante, el párroco añade que no se trata de un ritual muy antiguo en la ciudad, ya que solo data de unos cien años atrás. En Roma también existe una tradición similar con fecha de principios del siglo XVIII.

La imagen presente en València es la Mare de Déu de la Cadira o la Mare de Déu del Cor, es del siglo XV y está hecha con piedra de alabastro. «En ella aparece la Virgen con el niño Jesús sentado encima, aunque se tuvo que cambiar el asiento porque era de madera y estaba muy deteriorada», añade Verdeguer.

El párroco señala que le sorprende la cantidad de mujeres que realizan las nueve vueltas y, como anécdota, recuerda una exposición que se realizó en el lugar. «Esta imagen se encontraba entre las piezas que se exponían y la Catedral estaba llena de expositores, pero las mujeres continuaban cumpliendo con la tradición», recordaba. «Así que todos los días teníamos que quitar las flores porque ponían nuevas», reconoce.

Flores como agradecimiento

Clara explica a este diario que la tradición continúa tras el parto. «Cuando tuve a mi hijo, volví a la Catedral de València con él y le llevé flores como agradecimiento porque todo había salido bien», reconoce. Añade que ese día coincidió con otras mujeres que también estaban embarazadas o que, como en su caso, llevaban flores a la Virgen. «Fue muy bonito coincidir porque rememoré todo lo que había vivido», señala.

Verdeguer informa que tras el parto, «vienen a traer un ramo de flores o acuden a la Basílica de la Virgen de los Desamparados para ofrecerle al niño».

Por ello, la Catedral de València se ha convertido en un símbolo para las embarazadas que acuden a pedir que todo salga bien durante el parto y, si es así, se convierte en uno de los primeros lugares a los que acuden tras dar a luz, aunque esta vez acompañadas, para agradecer que ya son un miembro más en la familia.

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