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Goteras e inundaciones en el museo de l’Almoina

El consistorio señala que son filtraciones desde el pavimento

Goteras e inundaciones en el museo de l’Almoina

Los problemas de goteras por las deficiencias estructurales en el Centro Arqueológico de l’Almoina,inaugurado en 2007, continúan en espera de la licitación del proyecto de remodelación anunciado por la Concejalía de Cultura. El grupo municipal de Ciudadanos alertó ayer de los daños y manchas detectados en el pavimento del «horreum» como consecuencia de un «escape de aceite» del ascensor, al tiempo que ha reclamado a la concejala de Acción Cultural, Gloria Tello, que apruebe el proyecto para subsanar las deficiencias que arrastra el museo desde su inauguración.

Goteras e inundaciones en el museo de l’Almoina

La dirección del museo de la Almoina, donde se exhiben las ruinas de la ciudad romana fundacional así como restos islámicos y visigodos, ha aclarado que la mancha detectada en el «horreum», el almacén de trigo de época romana, no es de aceite sino de agua mezclada con óxido. Se trata de una gotera que se detectó durante la pandemia, tras un episodio de lluvia intensa, provocada por la falta de siliconado en un banco de la plaza, junto a la zona del ascensor, que ya ha sido reparado. «Es una nueva gotera que arrastraba oxido de una placa de acero corten de la estructura, lo que le da el color amarrillento a la mancha y que ya se ha reparado», apuntaron fuentes de la dirección del museo, que ya están estudiando una solución.

La concejala de Ciudadanos, Amparo Picó, ha exigido la reparación urgente del horreum. «Hace aproximadamente dos semanas que estos restos arqueológicos sufrieron los daños y queremos saber por qué esa mancha no se ha limpiado y desde cuándo tiene conocimiento la delegación de los daños», destacó Picó.

Picó lamenta que este año solo se hayan invertido 4.800 euros en mejoras del centro arqueológico, destinados a intalar 1.900 lámparas led nuevas que sustituirán las luminarias fundidas. Según Pico, la renovación de la iluminación del museo requiere de una inversión de 500.000 euros mientras que para museografía se necesitan 130.000 y para la impermeabilización y climatización otros 320.000 euros. Así lo recoge el estudio de diagnóstico encargado por la Concejalía de Cultura.

Fuentes del centro arqueológico reconocieron que el espacio arrastra muchos problemas de goteras y filtraciones de agua porque la estructura no está bien impermeabilizada y porque el lucernario central se construyó sin juntas de dilatación y provoca movimientos estructurales cada vez que se producen cambios de temperatura o de humedad. Pese a todo, la idea en el proyecto de restauración es mantener el citado lucernario, que deja ver las ruinas de las termas romanas desde la plaza superior.

Además de las filtraciones y goteras en la estructura, el museo también ha sufrido episodios de inundaciones por el mal funcionamiento de una bomba de agua, que se instaló sobre un cuadro de luces, que a su vez provoca fallos eléctricos.

La renovación del sistema de iluminación es necesaria, apuntan fuentes del museo.

Desde el Ayuntamiento precisan que esta mancha es producto de filtraciones desde el pavimento de la plaza «que no habían sellado bien la junta de un banco de acero», anclado al piso «y que hay justo encima».

Los problemas de goteras por las deficiencias estructurales en el Centro Arqueológico de l’Almoina,inaugurado en 2007, continúan en espera de la licitación del proyecto de remodelación anunciado por la Concejalía de Cultura. El grupo municipal de Ciudadanos alertó ayer de los daños y manchas detectados en el pavimento del «horreum» como consecuencia de un «escape de aceite» del ascensor, al tiempo que ha reclamado a la concejala de Acción Cultural, Gloria Tello, que apruebe el proyecto para subsanar las deficiencias que arrastra el museo desde su inauguración.

La dirección del museo de la Almoina, donde se exhiben las ruinas de la ciudad romana fundacional así como restos islámicos y visigodos, ha aclarado que la mancha detectada en el «horreum», el almacén de trigo de época romana, no es de aceite sino de agua mezclada con óxido. Se trata de una gotera que se detectó durante la pandemia, tras un episodio de lluvia intensa, provocada por la falta de siliconado en un banco de la plaza, junto a la zona del ascensor, que ya ha sido reparado. «Es una nueva gotera que arrastraba oxido de una placa de acero corten de la estructura, lo que le da el color amarrillento a la mancha y que ya se ha reparado», apuntaron fuentes de la dirección del museo, que ya están estudiando una solución.

La concejala de Ciudadanos, Amparo Picó, ha exigido la reparación urgente del horreum. «Hace aproximadamente dos semanas que estos restos arqueológicos sufrieron los daños y queremos saber por qué esa mancha no se ha limpiado y desde cuándo tiene conocimiento la delegación de los daños», destacó Picó.

Picó lamenta que este año solo se hayan invertido 4.800 euros en mejoras del centro arqueológico, destinados a intalar 1.900 lámparas led nuevas que sustituirán las luminarias fundidas. Según Pico, la renovación de la iluminación del museo requiere de una inversión de 500.000 euros mientras que para museografía se necesitan 130.000 y para la impermeabilización y climatización otros 320.000 euros. Así lo recoge el estudio de diagnóstico encargado por la Concejalía de Cultura.

Fuentes del centro arqueológico reconocieron que el espacio arrastra muchos problemas de goteras y filtraciones de agua porque la estructura no está bien impermeabilizada y porque el lucernario central se construyó sin juntas de dilatación y provoca movimientos estructurales cada vez que se producen cambios de temperatura o de humedad. Pese a todo, la idea en el proyecto de restauración es mantener el citado lucernario, que deja ver las ruinas de las termas romanas desde la plaza superior.

Además de las filtraciones y goteras en la estructura, el museo también ha sufrido episodios de inundaciones por el mal funcionamiento de una bomba de agua, que se instaló sobre un cuadro de luces, que a su vez provoca fallos eléctricos.

La renovación del sistema de iluminación es necesaria, apuntan fuentes del museo.

Desde el Ayuntamiento precisan que esta mancha es producto de filtraciones desde el pavimento de la plaza «que no habían sellado bien la junta de un banco de acero», anclado al piso «y que hay justo encima».

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