Medio centenar de hombres de origen saharaui, la mayoría con el permiso de residencia y trabajo actualizado, vive en un asentamiento de chabolas sobre el asfalto de lo que fue el circuito urbano de Fórmula 1 de València.

Según un informe del Servicio de Bienestar Social e Integración del Ayuntamiento de València, facilitado por el propio consistorio, este asentamiento está incluido en el Censo de Vivienda Precaria desde noviembre de 2019 cuando se contabilizaban apenas siete personas en él.

Desde entonces la cifra de habitantes ha ido en aumento y este verano había censados 39 individuos, prácticamente en su totalidad hombres, a los que había que añadir entre 10 y 12 personas que todavía no habían facilitado datos y por tanto no se habían incluido en el censo.

Siguiendo las recomendaciones de actuación de los Servicios Sociales ante la crisis del Covid-19 en Asentamientos Segregados de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, un Equipo de Atención Integral (EAI), pese al confinamiento, realizó visitas a los asentamientos de la ciudad para cuantificar a sus habitantes y hacer un diagnóstico de sus necesidades.

Entre estos asentamientos de chabolas visitados se encuentra el ubicado en el Circuito de Fórmula Uno, correspondiente a la zona de actuación de Centro Municipal de Servicios Sociales (CMSS) de Nazaret.

Los ocupantes de este asentamiento son hombres de origen saharaui, por lo que se ha mantenido coordinación con la Fundación CEPAIM, según las mismas fuentes.

Las actuaciones de mediación que se han realizado en este asentamiento se han centrado en acercar a sus residentes a los distintos sistemas de protección, salud, servicios sociales o empleo.

Además de incluirles en el Censo de Vivienda Precaria, se les ha asesorado para la inscripción en Labora y se les ha acompañado al SEPE para solicitar prestaciones, además de ser atendidos y realizar visitas conjuntas con el personal del CMSS de Nazaret.

Igualmente se les ha realizado un acompañamiento y solicitud de la Renta Valenciana de Inclusión y ayudado a la gestión de los distintos trámites para poder acceder al sistema sanitario, además de ser derivados al departamento de Trabajo Social del Centro de Atención Primaria de Salud.

También se les han explicado las medidas preventivas que recomiendan las autoridades sanitarias por la pandemia de la covid y se han realizado distintas actuaciones de mediación.

Se les ha informado de la fuente de agua potable más próxima al asentamiento y ayudado en gestiones para la renovación de los permisos de residencia.

El número de personas integrantes del asentamiento aumentó y, pese a las restricciones pasó de siete individuos a finales del 2019 a 12 a finales de 2020. A fecha de elaboración de este informe, a principios de este verano, había censadas 39 personas, prácticamente en su totalidad hombres.

A esta cifra habría que añadir entre 10 y 12 personas que residen en el mismo asentamiento pero que todavía no han facilitado datos y por tanto no se han incluido en el Censo de Vivienda Precaria.

La mayoría son hombres de origen saharaui y poseen actualizado el permiso de residencia y trabajo, puesto que algunos trabajan de manera puntual como temporeros agrícolas en la recogida de fruta.

La actitud en general de los miembros del asentamiento con el personal técnico del EAI, era "cordial y de agradecimiento" en un principio, aunque con el paso del tiempo, según las mismas fuentes, se ha vuelto "exigente e imperativa".