El alcalde de València, Joan Ribó, anunció ayer que la nueva Ordenanza de Convivencia se pondrá en marcha «lo antes posible», tras obtener los informes preceptivos y será aprobada por la Junta de Gobierno. «Es muy importante disponer de una ordenanza potente porque el final de la pandemia ha generado problemas», ha comentado.

El primer edil ha recordado que en 2009 «se planteó una ordenanza e, incluso, se aprobó inicialmente, pero se quedó en un cajón». Por ello, ha recalcado que «es una carencia que tenemos en el Ayuntamiento y queremos eliminarla». Además, ha explicado que es : «una ordenanza moderna que afronta algunos problemas como la violencia de género que el borrador anterior no contemplaba y es imprescindible».

Respecto al problema de los botellones en la ciudad, el alcalde ha recalcado que «vamos a trabajar desde muchos puntos de vista» y ha destacado que «no es un problema valenciano, ya que también se ve en muchas otras ciudades» como consecuencia del «final de la pandemia y la socialización».

«Vamos a trabajar con los barrios más afectados prestando especial atención a los centros de distribución de alcohol y a determinados comportamientos», ha añadido.

Ribó, además, ha anunciado que se va a poner en marcha un plan especial de refuerzo de la limpieza y recogida de residuos en el barrio de Marxalenes. Este plan prevé un incremento del barrido manual, baldeo, limpieza de manchas y repaso de limpieza en el pavimento y en las ubicaciones alrededor de los contenedores.