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La gran afluencia de turismos dificulta el paso de vehículos agrícolas en El Palmar

La Associació Veïnal denuncia el incumplimiento de las normas de los visitantes de fin de semana

Vehículo agrícola bloqueado por los turismos en El Palmar este fin de semana. | A. V. EL PALMAR

Que El Palmar es un pueblo atípico resulta evidente desde el momento que conviven en él dos realidades tan distintas como la agricultura y la restauración. Primario y terciario y además, sumamente estacional. O que, por su propia configuración, el pueblo asista a un proceso de llegada masiva de personas en fin de semana, que con la misma rapidez que llegan se marchan. Todos llegan por un camino y se marchan por el mismo, trayendo, de cualquier modo, el modo de vida de numerosos vecinos.

A lo largo del puente, con el levantamiento de todas las restricciones, la recuperación que venía produciéndose se materializó en una llegada masiva de visitantes a los restaurantes. Lo que ha provocado la queja de la Associació Veïnal El Palmar, que ha denunciado que esta llegada masiva «a pesar de que la señalización es correcta», provocó caos como el de la imposibilidad de circular los vehículos agrícolas «cuando estamos en plena campaña del arroz. El ciclo debe continuar y lo único que reclamamos es poder convivir las dos realidades».

Desde hace tiempo, El Palmar tiene habilitada una amplia zona de aparcamiento a la entrada del pueblo, (Parking El Palmar) una explanada pensada, teóricamente, para convertirse en el lugar donde todos dejen los automóviles y se acerquen andando a los bares y restaurantes, así como otra, al sur de la población (Parking la Albufera), promovido por los hosteleros, al que se accede por un camino rural que hace las veces de circunvalación del núcleo urbano.

Sin embargo, la realidad es que tanto las calles interiores de la población como los caminos y veredas aparecen, semana tras semana, llenas de vehículos. Agravado en esta ocasión por que, con la estrechez de los caminos, se impide el tránsito de vehículos agrícolas. «Visitantes y autoridades deben ser conscientes de la gravedad. Está debidamente señalizado, pero lo que hace falta es que la gente obedezca las normas básicas de civismo».

Y más reuniones en el pretil

A esto hay que añadir que, con el regreso masivo, también vuelven las imágenes, empeoradas incluso, de gente acercándose al pretil de los puentes de acceso al pueblo para ver la puesta de sol. «Hemos notificado a la Policía Local de València en incontables ocasiones para disuadir a los turistas de permanecer en el paso estrecho, que además se trata de una zona peligrosa. Es un espacio donde sólo se puede estar de paso, no para contemplar el paisaje».

Algo agravado con la creación espontánea de lo más parecido a botellón, al convertirse esas zonas en una particular acampada, a la vez que peligrosa. «Necesitamos ser tomados en serio con este asunto antes de que nadie tenga que arrepentirse de los daños», dicen.

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