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Los jóvenes justifican el botellón por los bajos salarios y la falta de ingresos

"El parque y beber" es la alternativa al no poder asumir el coste del cine o a la discoteca

Botellón multitudinario en la plaza de Honduras, en una imagen de septiembre. | EDUARDO RIPOLL

Un estudio realizado por el Consell de la Joventut de València, con la colaboración del ayuntamiento, sitúa los bajos salarios y la falta de ingresos como motivo principal de la práctica del botellón o consumo de alcohol en vía pública. El estudio basado en más de 2.000 entrevistas a jóvenes de entre 18 y 30 años revela que «con o sin pandemia» las personas jóvenes «tienen dificultades para encontrar alternativas de ocio saludable que no sean de pago». Sus bajos recursos económicos hacen que el cine, el teatro o los conciertos no estén entre sus opciones frecuentes». Pagar la entrada de una discoteca, entre 15 o 20 euros, tampoco es una opción asumible para muchos de los encuestados.

Ante esta situación, la alternativa de ocio para la mayoría es «beber y el parque». Desde su punto de vista el botellón es una «cuestión económica» por sus bajos salarios y porque «económicamente de sus progenitores».

«La inestabilidad y la precariedad que tenemos los jóvenes nos influye en el ocio que consumimos, que al final puede ser comprarte un litro y bebértelo en un parque», apunta el testimonio de uno de los encuestados. «Yo creo que es importante organizar cosas más pequeñas, a nivel de barrio, que no impliquen desplazarte mucho», asegura otra entrevistada, que reprocha al ayuntamiento que haya espacios como las naves del Parc Central cerradas y sin uso.

Otro entrevistado señalaba la escasa oferta de plazas de ocio alternativo y apuntaba que en una ocasión se pusieron a la venta entradas a diez euros para la ópera. «Lo vimos y dijimos que en nuestra vida íbamos a ir a una ópera (...)Era un plan completamente diferente, nos apetecía pero a los cinco minutos ya no había entradas». Asociado al botellón se encuentra el elevado número de de estudiantes universitarios nacionales y extranjeros de València. Durante el curso 2018-2019 se matricularon 92.186 personas en universidades de València, de los que 20.264 residen en la capital valenciana.

El estudio del CVJ, realizado entre 2019 y 2020, fue actualizado con entrevistas a expertos y a jóvenes por grupos de edad y nivel de formación realizadas en junio y julio pasado con el objeto de medir el impacto de la pandemia. La concejala de Juventud, Maite Ibáñez, destacó ayer durante la presentación del informe «la necesidad de aplicar políticas de juventud para afrontar la crisis derivada de la pandemia» que haagravado la frustración entre los jóvenes.

Tras el fin de las medidas de restricción del coronavirus la práctica del botellón se ha desbocado en València y otras grandes ciudades, poniendo al límite la paciencia de los vecinos y en jaque a los responsables públicos. El informe recoge 52 propuestas para afrontar la problemática de los jóvenes, entre ellas, «crear órganos de coordinación entre centros de atención primaria, servicios sociales y centros educativos ante el aumento de casos de salud mental, reforzar una oferta gratuita y estable de ocio saludable nocturno y dar alternativas laborales como subvencionar la obtención del permiso de conducir profesional».

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