La Basílica de la Virgen ha organizado un acto popular que sustituirá al Besamanos a la patrona, un evento que sigue sin poder realizarse porque su mecánica no es compatible con la situación sanitaria. Así, el próximo día 24 se celebrará un "pase reverencial", que consistirá en que los fieles entrarán uno a uno y podrán contemplar la imagen, que estará ante el altar mayor, con el mismo sistema que el besamanos, pero sin correr los riesgos que supondría la fórmula tradicional de besar la imagen, por mucha desinfección que se llevara a cabo.

El Besamanos, por esa especial característica, lleva dos años sin celebrarse. Estaba previsto celebrarse el 20 de mayo de 2020 y el 19 de mayo de 2021, pero ha sido completamente desaconsejable.

La manifestación popular de fidelidad tendrá también el acceso ilimitado: las puertas se abrirán a las siete de la mañana y la Basílica ha anunciado que, como sucede con los besamanos, el templo no se cerrará hasta que pase el último fiel.

Tal como reconce la Basílica, "durante el tiempo de pandemia, la imagen peregrina ha salido con su mare-móvil por casi todas las poblaciones de la Archidiócesis, pero muchos fieles han manifestado su interés en poder ver de cerca la venerada imagen y tener un momento de oración". Y así se justifica la celebración del acto.

Con todo, el acceso a la Basílica y la cola deberá observar algunas normas de prudencia, especialmente en lo tocante a las distancias de seguridad.

La ventaja que tendrá el "pase reverencial" es que, al celebrarse en noviembre, no existirán los problemas del intenso calor que caracteriza la espera cuando se celebra en mayo.