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Los restos de la plaza de la Reina se taparán con malla, grava y madera

Los arqueólogos abandonan la zona de obras sin haber completado la excavación, donde también se esperaba encontrar los restos del claustro que conectaba el Micalet con la catedral

La zanja de Iberdrola donde están los restos tardorromanos junto a la catedral. | M.A.MONTESINOS

La empresa Iberdrola ha encargado ya el proyecto y solicitado presupuesto a una empresa de trabajos arqueológicos para iniciar «cuanto antes» los trabajos para volver a tapar los restos de una posible muralla tardorromana que aparecieron en mayo pasado en una zanja de servicios de la compañía eléctrica durante las obras de peatonalización de la plaza de la Reina. La Dirección General de Patrimonio de la Conselleria de Cultura ha dado permiso para volver a tapar los restos con una malla geotextil, grava y tableros de madera. Así lo explicaron ayer fuentes de Iberdrola, que añadieron que cuando se compruebe que los trabajos a realizar se ajustan a los requisitos de la Cultura «iniciaremos la actuación a la mayor brevedad posible para poder así concluir nuestra intervención en la plaza de la Reina».

Fuentes de Cultura explicaron que Iberdrola solicitó un permiso para excavar una zanja en la plaza de la Reina de un metro de ancho paralela al muro de la catedral para tender una canalización eléctrica. Durante los trabajos, como se ha publicado, descubrió parte del trazado de un muro y optó por derivar el tendido eléctrico por una canalización ya existente, explica Patrimonio. «En estos casos, Patrimonio lo único que puede exigir a la empresa es la georeferenciación del hallazgo arqueológico y que garantice su conservación protegiendo los restos y volviéndolos a enterrar», apunta Cultura.

Además de la malla geotextil de protección con la que se deben cubrir los restos, la compañía deberá colocar «tableros de madera a modo de cajones que preserven el muro».

La Dirección Territorial de Patrimonio, según informó la SER, ha dado instrucciones de como enterrar los restos. «Se deberán extraer meticulosamente las pinturas murales y cualquier resto arqueológico que quedara semienterrado», apunta. La zanja se tapará mediante la colocación de una malla de geotextil, antiraices, poliestireno, arenas y gravas hasta colmatarla».

Cultura ha movido así ficha en relación a las excavaciones de la plaza de la Reina, que se darán por terminadas sin haber documentado los restos tardorromanos, del siglo V que aparecieron en mayo y han mantenido las obras al ralentí durante meses sin que la Concejalía de Movilidad ni la Conselleria terminarán de decidir qué hacer con los restos, que de ser una nueva muralla serían Bien de Interés Cultural.

Se pierde así la ocasión, tal como han denunciado entre otros el que fue jefe del SIAM y director de la Almoina, el arqueólogo Albert Ribera, de reparar en parte el expolio que se cometió en la plaza con el aparcamiento subterráneo en los años 70, donde no hubo excavación arqueológica previa, y de saber qué es exactamente lo que apareció en la zanja de Iberdrola frente a la catedral, en contra de lo anunciado el pasado verano por el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, que anunció que se ampliaría la zona de excavaciones para documentar el máximo posible los hallazgos.

La arqueología se pliega así a los plazos de obras y la urgencia de que la plaza pueda usarse antes de Fallas del año próximo.

Una oportunidad perdida además para comprobar la teoría arqueológica sobre la existencia del claustro de la catedral que entre los siglos XIII y XIV conectaría la torre del Micalet con el templo y que podría haber aparecido en las dos zanjas que los arqueólogos tenían previsto abrir frente a la fachada de la puerta de los hierros de la catedral y que finalmente no se harán.

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