Nazaret entera lamenta y llora la muerte de Gloria Caballero Ganosa. Después de varios años de lucha contra el cáncer, ayer se escribió el último capítulo. Cuando acaba la vida se recuerda la obra. Con la que es difícil decidir con qué empezar. Se podría decir que fue una de las pioneras del «play back» de las Fallas. Cuando alboreaba esta actividad irrumpió con su grupo de Aras de Alpuente-Castell de Pop para hacerlo grande o muy grande. Allí conocería al que sería su marido, Alfonso. O que varias falleras mayores infantiles de València disfrutaron de los hilos argumentales en las exaltaciones. O que fue fallera mayor de su comisión dos veces, en 1989 y 2012. Que fue presidenta del Centre de Música i Dansa Natzaret. Clavariesa de las fiestas del Santísimo Cristo de Natzaret hace cinco años. Vicepresidenta de actividades en su falla. Actividad incesante para una vida intensa, que le hizo granjearse infinidad de amistades.

Gloria afrontó con entereza su «larga enfermedad». Que no ocultaba. No dudaba en fotografiarse con ninots que visibilizan los pañuelos en la cabeza. No pudo asistir a las Fallas de Septiembre y presidentes y falleras mayores le llevaron al hospital un «ninot» personalizado «por estar siempre pendiente de nosotros», con su traje y banda de fallera mayor de 2012 y un retrato hecho con punto de cruz. Las chicas con las que compartió ese año fueron a verla al hospital. Coleccionaba «bebones», muñecas de niños pequeños con pañolitos en la cabeza y le tunearon uno con el estandarte de Canyamelar-Grau-Nazaret.

«Como no tengo otra cosa que hacer os lo cuento todo, pero es que soy muy feliz, me siento afortunada, feliz y querida, muy, muy querida». Y seguirá siéndolo.