València dispone de un millón y medio largo de ojos para fijarse en aquellas cosas que no funcionan. Y que se pueden subsanar de forma quirúrgica y rápida. Y aunque se trata de una herramienta aún por conocer, que durante el año se hayan tramitado más de 25.000 chivatazos a través del soporte demuestra que la inquietud y las ganas de colaborar existe. Se trata del portal de incidencias dentro de la Atención Ciudadana.

Un «Gran Hermano» humano para ver las calamidades de la ciudad

«Hay un gran interés en mantener la vía pública en buen estado de conservación y se evidencia en que cada año hay más incidencias comunicadas», asegura el concejal de Agenda Digital, Pere Fuset. Además, de buen rollo. «Aunque es un canal anónimo, los términos en los que se formulan son, en general, muy correctos», lo que no quita para que se esté encima. «Observamos que no sólo es comunicarlo y olvidarse. Si una incidencia tarda en resolverse se insiste una y varias veces si es necesario».

Un «Gran Hermano» humano para ver las calamidades de la ciudad

Ahí están prácticamente todas las calamidades que pueden suceder en una ciudad. Cada servicio (jardinería, sanidad, alumbrado...) tiene su particular interrogatorio. Por ejemplo, semáforos: si es uno girado, roto, con la lente abierta, que no funciona, que tiene la visera rota, que el pulsador de peatones no funciona o que tiene pintadas o solicitar un dispositivo para invidentes. Se pincha, se dan los datos, se enriquece con una foto y a esperar que se atienda. Barandillas deterioradas, bolardos arrancados, aparcabicis derribados, placas de calle arrancadas, ratas, pulgas o chinches, arquetas rotas, farolas rotas o apagadas. Contenedores rotos, quemados, sucios, derribados o desbordados. Bancos sucios, rotos, desconchados, o arrancados... y lo mismo con los jardines, parques infantiles, señalización, árboles, fuentes, la ORA... todas las partes del organismo ciudadano que pueden escacharrarse.

«En la App es más sencillo porque haces la foto y la pones en el mapa. En la web obliga a ser más preciso, pero eso simplifica más el poder lanzarla directamente a la concejalía o a la empresa que corresponde» . Las más comunes «las suele solucionar Ocoval en apenas 72 horas».

Aunque una cosa es, como queda dicho, denunciar una deficiencia y otra es que se atienda. «El 87,7 por ciento de las incidencias comunicadas se resuelven». Especialmente las de los apartados de Sanidad (casi un 99 por ciento), alumbrado, limpieza o recogida de objetos, todos ellos por encima del 95 por ciento. Jardinería y movilidad bajan sensiblemente la media hasta el 31 por ciento.

Esta catarata de comunicaciones no quiere decir que haya quejas improcedentes, que las hay, «o las que no se pueden solucionar por este canal». No siempre es una varita mágica. «Por ejemplo, una queja de falta de aparcamiento no es una cuestión que se pueda solucionar con una reclamación. O hay arreglos que sólo pueden hacerse con una licitación». Pero, por lo general, «el interés por una ciudad mejor existe».