La Conselleria de Obras Públicas ha sacado a licitación las obras de rehabilitación de las instalaciones de la Estación de Autobuses de València, que cuenta con un presupuesto de casi 605.000 euros en una primera fase. Esta intervención en la edificación principal supondrá mejorar las condiciones de seguridad y habitabilidad y en una segunda fase se acometerá una actuación más estructural e integral, para la que se ha convocado un concurso de ideas.

El conseller Arcadi España ha explicado que se trata de volver a convertir la estación en un espacio amable con unas instalaciones agradables y útiles para los viajeros, y devolver el atractivo espacial y arquitectónico que originalmente tuvo el edificio. Desde la Conselleria, se pretende resolver las patologías existentes y recuperar la funcionalidad y atractivo de la estación, a la vez que se enfatiza el interés original de la obra arquitectónica, declaró. «Si se incrementa el número de usuarios, no solo se potenciará un modo de transporte más sostenible, sino que también se fomentará el uso de las oficinas y locales comerciales que alberga el edificio y que hoy en día están cerrados», dijo.

La duración de las obras de rehabilitación del edificio es de seis meses y contempla la reparación de las entradas de agua, y la pintura de los frentes del edificio a la calle con una coherencia cromática, así como de los paramentos horizontales y verticales del vestíbulo.

También está previsto la sustitución de los dos frentes de carpintería de acceso desde la calle que, manteniendo la transparencia, incorporen puertas automáticas de vidrio, y se colocará carpintería acristalada entre el vestíbulo y el paso a la planta de andenes, que en la actualidad está abierto.

Además, se modernizará la señalización, se ejecutará la habilitación integral de los aseos del vestíbulo, y se mejorará la iluminación exterior e interior que ayudará a recuperará y poner en valor la sensación volumétrica del edificio.

Como se ha dicho, en un proceso posterior se abordará la reforma estructural, pero este primer cambio supone un paso muy importante en la imagen y funcionalidad del edificio, que lleva años agudizando su deterioro general.