Siempre que una candidatura importante está en el aire, y en el caso de la candidatura de Compromís a la alcaldía de València lo es, se producen maniobras en los partidos que invitan, inevitablemente, a poner nombres sobre la mesa. Con el posible sustituto o sustituta de Joan Ribó está pasando desde hace tiempo, puesto que el propio alcalde avanzó nada más tomar la vara de mando que su paso por la casa consistorial tenía fecha de caducidad, concretamente dos legislaturas, las que se cumplen en mayo-junio de 2023.
En este tiempo muchos han sido los nombres que han sonado para sustituirle, empezando por algunos de sus pupilos, como Pere Fuset, Carlos Galiana o el actual vicealcalde, Sergi Campillo. También han estado en boca de todos la propia vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, o el presidente de las Corts, Enric Morera, que preguntado por este asunto no dudó en dejarse querer y abrirse a todas las posibilidades. Es, en realidad, el que más cerca ha estado de dar directamente el «si, quiero».
Todos esos movimientos, sin embargo, no acaban de concretarse y el propio alcalde, consciente de ello y muy presionado por el partido, se ha replanteado su salida y ha dejado abierta la posibilidad de volver a presentarse. A día de hoy sigue siendo el principal activo político de Compromís en la capital valenciana. Pero Ribó se ha dado hasta el próximo verano para tomar una decisión y entre tanto las puertas de la política se abren para otros posibles candidatos. Es el caso de Papi Robles, la diputada autonómica de Més Compromís, que esta misma semana ha sido designada síndica de esta formación en las Corts Valencianes en sustitución de Fran Ferri.
Cuando se debatía en el seno del partido quién ocuparía ese cargo, Joan Ribó fue el primero que dio una clave y apoyó un nombre. El alcalde pidió que fuera alguien muy cercano a la ciudad quien ocupara este puesto de máxima visibilidad política y mediática. Y apoyo decididamente que fuera Robles quien ocupara el cargo, demostrando que para él es una persona de máxima confianza.
Y es así porque la diputada ha estado siempre muy cerca de la ciudad y de Ribó, inmersa en las principales negociaciones e impulsando los proyectos políticamente más sensibles y polémicos para la formación.
Ya, de entrada, Papi Robles formó parte del equipo que negoció con el Partido Socialista la creación del segundo gobierno de coalición progresista tras las elecciones de mayo de 2019. El grupo lo completaban Pilar Soriano, Esther Tarín y Amadeu Mezquida. Así mismo, ha sido una de las abanderadas del polémico cambio de rumbo en el PAI de Benimaclet Este, barrio en el que, por cierto, reside. Su conexión con los movimientos vecinales y alternativos en el barrio fue clave para echar abajo el proyecto de Metrovacesa y las alternativas de sus socios de Gobierno en el Ayuntamiento de València , el Partido Socialista.
Y algo similar puede pasar, por ejemplo, en la Saïdia, donde Papi Robles y Pilar Soriano han anunciado ya que se reunirán con los vecinos que se oponen a la construcción de una macroresidencia de estudiantes en una manzana residencial. Más presión para los socios del PSPV.
Orgánicamente, además, su posición es inmejorable, pues la diputada autonómica y ahora síndica en las Corts, es también la secretaria de Més Compromís en la ciudad de València, lo que le garantiza apoyos en su demarcación.
En definitiva, Papi Robles aúna un historial y una posición política óptima para dar el salto a la candidatura de la capital con ciertas garantías y sin demasiados sobresaltos entre las diferentes sensibilidades de Compromís. Ella misma, refiriéndose a su compañera Mónica Oltra, decía esta misma semana que no debe haber un único liderazgo, sino una terna de personalidades dispuestas a tomar las riendas del partido en cualquier momento. Ahora habrá que ver dónde.
