Los arqueólogos han terminado de limpiar, documentar y proteger con grava, «poliespán», madera y una malla de geotextil  los restos de época tardorromana hallados en mayo en la plaza de la Reina, en una zanja de Iberdrola, durante las obras de peatonalización. Los trabajos arrancaron el pasado lunes 10 de enero, al mismo tiempo que se hacía público el acuerdo entre la Conselleria de Cultura y la Concejalía de Movilidad Sostenible para tapar los restos arqueológicos de la que podría ser una muralla de época tardorromana (siglos IV-V) sin documentar. El acuerdo, como informó este diario, plantea seguir avanzando en la urbanización de la plaza y dejar para un futuro, sin fecha concreta, la intervención arqueológica previa elaboración por parte del ayuntamiento de un proyecto de intervención arqueológica que se llevará a cabo enfrente de la fachada de la Puerta de los Hierros, en la zona norte de la plaza.

 Los muros de sillares que salieron a la luz el pasado mes de abril se empezarán entre hoy y mañana a cubrir con hormigón y posterioremente se colocarán las baldosas de piedra de la nueva pavimentación de la plaza.

La intervención de tapado la ha dirigido la arqueóloga Marisa Serrano y en la misma se han recuperado restos de relleno con pinturas murales. Los materiales recuperados en la excavacion, entre los que destacan capiteles y piezas de cerámica, como lucernas y otros recipientes domésticos, de distintas épocas. 

La Dirección General de Patrimonio dio instrucciones muy precisas de como tapar los hallazgos arqueológicos, que durante meses de negociación entre la conselleria y el ayuntamiento para decidir qué hacer con los gruesos muros que salieron a la luz en las excavaciones. La consellería que finalmente optó por la opción de conservar tapando pidió que sobre los restos se colocasen «tableros de madera a modo de cajones para preservar el muro».

La Dirección Territorial de Patrimonio ordenó además «extraer meticulosamente las pinturas murales y cualquier resto arqueológico que quedara semienterrado», apunta. La zanja se tapará, antes del hormigonado, con una malla de geotextil, antiraices, poliestireno, arenas y gravas hasta colmatarla».

A pesar de la transcendencia del hallazgo que daría información valiosa de los recintos fortificados de la Valentia romana y visigoda las necesidades del urbanismo y de volver a tener en uso la plaza, donde se desarrollan numerosos eventos festivos, parece haber ganado una vez más la mano a la arqueológogía.