Tres horas de desfile incesante de pelopicopatas completaron la edición recuperada de la fiesta de San Antonio Abad en el barri de Sagunt. La primera del calendario y que, además, pudo celebrarse como si nada hubiese pasado. Las imágenes, mascarillas aparte, eran las mismas que cualquier otro año. Con el añadido de que, celebrándose en domingo, la participación es mucho mayor. Pero este traslado es excepcional. San Antonio es 17 y el año que viene volverá al 17, martes. Ayer, para el reencuentro, era importante que fuera más fiesta de ciudad que de barrio y así se materializó. Y más allá de que el público espectador estaba más apretado de lo deseable -como pasaba con las Magas, a la vez, dos kilómetros en dirección al centro de la ciudad- la bendición de animales y la posterior exhibición ecuestre se celebró con orden y durante tres horas.

Dos formas bastante diferentes de recibir el agua bendita. | GERMÁN CABALLERO

Dos formas bastante diferentes de recibir el agua bendita. | GERMÁN CABALLERO

«Con cuidado, por favor. Que el virus no tenga terreno de juego para contagiarnos» se recordaba desde la megafonía, mientras los retores lanzaban las gotas de agua bendita sobre los animales. Fundamentalmente, perros. Es, sobre todo, una gran muestra canina. Y después, mininos -que son bastantes más reacios por naturaleza-. Y a partir de ahí, un catálogo de biología. Tortugas, conejos, iguanas, lagartos, visones, aves y especímenes de diferente catalogación. Y después, una auténtica Feria del Caballo. Monturas llegadas desde la comarca, la provincia y la Comunitat. Carros, domas, saltos, agentes de policía a cuatro patas, vaqueros o de paseo que prolongaron el espectáculo hasta la hora de comer.

El cardenal Cañizares bendice un lagarto. GERMAN CABALLERO

Las primeras aguas las repartió el cardenal Antonio Cañizares quien, recién llegado de Roma, participó por primera vez en el festejo. El año pasado lo hizo Joan Ribó -este año se quedó en el desfile mago-. Y es que Sant Antoni ha conseguido bajo el paraguas animalista a todas las sensibilidades. Fe, animalismo y exhibición se dan la mano en una matinal que invitaba a cubrir el pasacalle y a recibir a las autoridades municipales, de todos los colores y de forma masiva. Arriba y abajo. Entre gobierno y oposición se sacaba quorum para un pleno municipal. Porque la Hermandad, además, ha sabido reciclar una fiesta que celebraba, en esta ocasión, su desfile número 70. Entre el desfile, la hoguera, el «mercat» y el «porrat», que son de toda la vida, se han incorporado todos los elementos del «pet friendly». Se recoge material para protectoras, se organiza un desfile de adopción, se convoca a las mascotas para participar en juegos y se regalan snacks para los peluditos (el «pà beneït» se lo comen los humanos). Incluso para no perder la seguida, lejos de bajar los brazos, en 2021 hubo mucho movimiento con la bendición virtual.

Galiana, Carmen Martín y Rafael Garrote, en la suelta. | G. CABALLERO

Ayer, todo volvía a la práctica normalidad. «Teníamos dudas de cambiar la fecha del 17 al 16 de enero, porque el 17 es una tradición. Pero estamos muy contentos. Allá arriba, San Antonio ha hecho que brille el sol y es una maravilla ver a la gente de la huerta, del campo, de la ciudad, de los barrios, acudir al corazón de la parroquia. Es un fervor que queremos seguir manteniendo haciendo cosas por esta fiesta y sobre todo por nuestra faceta del bienestar animal» aseguraba el presidente de la hermandad, Rafael Garrote.