La Empresa Municipal de Transportes (EMT) ha procedido a retirar una campaña de publicidad antiabortista que se había comenzado a publicitar el pasado martes por parte de la organización ultracatólica y conservadora denominada Asociación Católica Propagandística, en 10 marquesinas repartidas por la ciudad.

Tal como informan fuentes de la empresa municipal, el martes se lanzó en el ámbito nacional una campaña contra el aborto con el lema «Rezar frente a las clínicas abortistas está genial». En el caso de València, la campaña se contrató en 10 marquesinas de la EMT. «Al tener conocimiento de esta publicidad, que va en contra de nuestro código ético, el martes EMT pidió formalmente a la empresa que gestiona la publicidad en los mupis (JCDecaux) que la retirara urgentemente. El miércoles a primera hora toda la campaña ya se había retirado», añaden las mismas fuentes.

La retirada se justifica, según la mercantil dirigida por Marta Serrano, porque esta publicidad «pretende normalizar el acoso contra las mujeres, lo que atenta directamente contra la norma general del código ético publicitario de EMT que la empresa que gestiona la publicidad en marquesinas se ha comprometido a cumplir al firmar su presente contrato».

Este código ético publicitario de EMT, entre otras cosas, «prohíbe la publicidad que atenta contra las normas de convivencia o fomenta el acoso a las mujeres».

«Me parece normal»

Por su parte, el alcalde de València, Joan Ribó, apoyó la decisión adoptada por la mercantil pública. Se ha manifestado a favor de la retirada de la publicidad antiabortista de las marquesinas de la EMT porque «sobrepasa las normas éticas que tiene la empresa». Estos carteles se han retirado de los mupis de las paradas «por una cuestión ética y me parece absolutamente normal» que se haya tomado esa medida, dijo el alcalde. En el caso de esta campaña publicitaria se incumple «la normativa ética» de la EMT y se «estaban rebasando una serie de fronteras de manera clara» que evidencian que «no toda la publicidad es válida».

Los carteles retirados recogen en la parte central el siguiente lema: «Rezar frente a una clínica abortista está genial». A continuación afirman: «En España se practican cada año más de 99.000 abortos. El delito de los que rezan frente a los abortorios es querer salvar alguna vida».

El propio cartel advierte en un rótulo grande que esta campaña podría ser cancelada «por la inminente reforma de la Ley del Aborto». Estos anuncios forman parte de una campaña que ha llevado a cabo la Asociación Católica de Propagandistas contra las reformas de la Ley del Aborto y del Código Penal que castigan las concentraciones para acosar a las mujeres frente a las clínicas que realizan estas prácticas.

«Cancelados», que así se llama la campaña publicitaria, ha llegado a 33 ciudades españolas distintas en forma de 260 paneles distribuidos en marquesinas de autobús y estaciones de metro.

El lema escogido, «rezar frente a las clínicas abortistas está genial», no es gratuito y hace referencia a la iniciativa que promueve el Ejecutivo de Pedro Sánchez para acabar con el acoso que reciben las mujeres a las puertas de las clínicas en las que se practican abortos.

Mientras en València se ha decidido no seguir adelante con la campaña, en otros lugares, como Madrid, su alcalde, el popular José Luis Martínez-Almeida, sí que ha dado apoyo a mantener la misma campaña justificando esta decisión bajo lo que él considera libertad de expresión.

La propia ministra de Igualdad Irene Montero ha terciado en redes sociales en esta polémica y ha criticado estos mensajes antiabortistas. «Si robas, aunque reces, estás robando. Si acosas, aunque reces, estás acosando. Vamos a blindar todos los derechos para todas las mujeres», ha escrito Montero en su cuenta oficial de Twiter.

Vitoria y Murcia son algunas capitales que han retirado estos carteles que justifican una práctica desdeñable y ya demasiado habitual: grupos de antiabortistas que se concentran ante las clínicas y con la excusa de darle un folleto informativo a la mujer que se dispone a entrar al centro hospitalario la acosan y la presionan.