El Ayuntamiento de València ha concluido el censo de avifauna anual que facilita la contrata encargada del control de la población de palomas y estorninos en las calles de la ciudad, utilizando métodos éticos que van desde los dispensadores de piensos esterilizantes para las palomas hasta el uso de láseres o de pirotécnica en el caso de los estorninos para desplazarlos hacia otras zonas.

Según este censo, elaborado a finales de 2021, en València hay un total de 24.758 palomas. Se trata de un valor ligeramente inferior al del año anterior (24.816), lo que supone que se consolida la reducción de un 34% que se produjo en los dos años anteriores.

La administración de pienso esterilizando a través de dispensadores ubicados en 16 tejados de edificios, en varios puntos de la ciudad, evita que las palomas hagan una posta de huevos viables. Es un tratamiento seguro tanto para otros animales como para el medio ambiente, destaca la concejala de Bienestar Animal, Glòria Tello.

Al mismo tiempo, la instalación de palomares ecológicos favorece la concentración de una mayor cantidad de ejemplares y el control los nidos --sustituyendo los huevos de cada posta por huevos falsos-- evita el nacimiento de nuevos pichones y el aumento del número de ejemplares en la ciudad.

La Concejalía realiza además requerimientos a los propietarios de instalaciones o edificios abandonados o deshabitados para que realicen los cierres de forma correcta y así evitar el acceso y el refugio de palomas.

A todo ello se suman las campañas municipales de concienciación y sensibilización ciudadana sobre la importancia de la alimentación controlada para evitar la dispersión de los ejemplares, advirtiendo que el depósito de comida para animales en cualquier punto de la ciudad sin autorización específica supone una infracción objeto de sanción, según la ordenanza de limpieza de vía pública. La próxima campaña de estas características se lanzará en marzo.

Actualmente, València dispone de nueve palomares ecológicos con capacidad para 2.000 ejemplares, instalados en los parques de Viveros, Rambleta, Ayora, Benicalap, Marxalenes, Nazaret, Orriols, Oeste y Polifilo.

Hasta la creación de la Concejalía de Bienestar Animal, en 2015, para controlar la población de palomas se realizaban capturas masivas y los ejemplares eran gaseados o se destinaban al tiro a la paloma. "Entonces, el Ayuntamiento inició un método menos cruel", subraya la concejala Tello (Compromís).

También se instalaron 16 dispensadores con pienso esterilizado en las azoteas de los edificios municipales donde había una mayor concentración de palomas. Están en el Mercado Central, así como en los de Russafa y el Cabanyal, en las azoteas de alguna comisaría de a Policía Local, en varias bibliotecas y en la Catedral. Allí se los proporciona alimento de calidad en dispensadores monitorizados y vigilados por cámaras.