El Ayuntamiento de València transformará las prestaciones de mobiliario urbano con el desmantelamiento de las cabinas de teléfono, cerca de doscientas, que quedaban en la ciudad. El servicio pasará a estar más adaptado al presente y entre las alternativas que baraja el consistorio está la instalación de elementos como recarga de móviles, detectores de contaminación, pantallas táctiles informativas o de emergencia o puntos de acceso wifi.

Es una de las conclusiones tras la reujnión de los concejales de Administración Electrónica, Pere Fuset, y miembros de la delegación de Espacio Público, con el director de Administración Pública de Telefónica en la Comunitat Valenciana, José Manuel Plaza.

Adiós a las cabinas telefónicas

Adiós a las cabinas telefónicas Levante TV

Tras algunas prórrogas, el Gobierno de España decidió a finales de año dar el paso para liquidar las cabinas telefónicas. Es decir, quitar la obligación de su mantenimiento. Ninguno de los operadores se va a hacer cargo de un negocio que es ruinoso, por lo que lo único que queda es proceder a su retirada.

Fuset aseguró que "se trata de un mobiliario obsoleto" -que, de hecho, tiene un limitado valor histórico- "y con su retirada estamos estudiando alternativas de futuro que den servicios nuevos a la ciudadanía". La retiradad se hará a lo largo del año "y hemos pedido que prioricen aquellas que están en espacios singulares o patrimoniales".

No interesa ninguna cabina. "Estéticamente no son bonitas y el proyecto de reforma de estos puntos no incluye rehabilitarlas". Lo que sí que importa es lo que hay debajo: los terminales de luz y teléfono, que es lo que se aprovecharía para los nuevos usos. "En Nueva York han hecho una reforma de estos puntos y es muy interesante. Ahora lo que falta es estudiar bien eso: qué usos, cómo hacerlo, qué tipo de contratación... es una labor más larga en el tiempo, pero es un servicio importante para la ciudadanía que supone, además, modernizarla". En cualquiera de los casos, "lo que se instale será a prueba de vandalización".

Fuset reconoció que "el ayuntamiento no sabe exactamente la ubicación de todas las cabinas. Hemos pedido a Telefónica el listado de las mismas. Era un elemento tan obsoleto, que no se había incluido en el geoportal". Los datos ofrecidos recientemente hablan de que las cabinas apenas registral algo más de una llamada semanal en el conjunto de España.

Un elemento histórico que desaparece

La extensión de la telefonía móvil convirtió las cabinas en un elemento pasado de fecha. Nadie inserta ya unas monedas en la ranura para establecer una conferencia. Para los operadores, además, estas cabinas eran fuente de problemas por los robos a los que eran sometidos, además de los actos vandálicos. Va a desaparecer, de este modo, una costumbre de casi cien años, devorada por el progreso. Encuestas publicadas con motivo de este desmantelamiento señalan que prácticamente ninguna persona nacida en el siglo XXI ha utilizado una cabina. De la misma manera que los teléfonos fijos son un elemento cada vez menos empleado.

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