«Me voy pero te juro que mañana volveré» sonó en el siempre emotivo «Un beso y una flor» de Nino Bravo, canción perfecta para despedir las «mascletades» de 2022. Y al pie de la letra, porque hoy domingo día 20 de marzo, volverá la pólvora a la plaza para recuperar la no disparada el día 7. Si el tiempo lo permite, que debería permitirlo.

No es la primera vez que un 20 de marzo hay disparo de retraso y los que ya estaban a primeros de siglo recordaban las Fallas de 2004, aquellas que se pausaron durante tres días tras los atentados de Madrid del 11-M, y que tuvieron su continuidad los días 20 y 21, sábado y domingo, con Gala Fallera, acto de los militares y dos disparos en la plaza.

Volviendo al presente, Hermanos Caballer disparó ante un mar de paraguas, esos que ora se abrían, ora se cerraban según descargaran los cielos. A mediodía jarreó y muchas comisiones decidieron echar el cierre y disparar lo que tenían. Pero la municipal sólo puede ser a las dos de la tarde. Reconocía José Vicente Caballer que había faltado poco para suspenderse «porque la humedad se mete y se mete». «Preparamos los artificios para que aguante la lluvia. La mascletà es difícil porque el agua se mete por cualquier sitio. Es complicado», comentaba una vez finalizada.

Pero se disparó, se quemó y entusiasmó. En el balcón consistorial estaban presentes este sábado el president de la Generalitat, Ximo Puig; la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant; la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el eurodiputado y presidente del Congreso extraordinario del PP, Esteban González Pons, mientras el chef José Andrés la veía desde una ventana anexa junto a su familia, entre otros invitados del mundo de la política, la sociedad y la cultura.

José Andrés lo pasa en grande

El chef lo pasó en grande, gesticulando mientras un equipo de televisión le grababa hasta el último movimiento, que el marketing es importante. Salta a la vista que era la primera vez que lo veían. Después irrumpió en el salón de cristal, donde se había refugiado la comitiva, para saludar a Carmen y la corte y hacerse un selfi.

Begoña Villacís estuvo especialmente amable con la fiesta al destacar que «la cancelación de las Fallas fue la señal que tuvimos todos los españoles de la verdadera gravedad de lo que estaba pasando. De la misma manera, que se celebren ahora, a pesar de la lluvia, representa las ganas de vivir ».

Y Carmen Martín, que no pudo contener la emoción cuando salía del balcón -al que aún volverá este domingo-, con la frase a tiro para resumir lo vivido: «Al final, quien no arriesga no gana. Y los falleros hemos arriesgado y hemos ganado. Había reticencias, pero debemos estar satisfechos. Son unas fallas históricas por muchas cosas, no solo por ser las más lluviosas, sino porque hemos sido valientes y fuertes y hemos sido capaces de celebrarlas y hacerlas con responsabilidad», señalaba. «La mascarilla no ha empeñado la ilusión que teníamos por nuestra fiesta», concluía.