El Ayuntamiento de València, a través de la concejalía del Ciclo Integral del Agua, arranca una semana temática de actividades con las que concienciar a la ciudadanía sobre la eficiencia y sostenibilidad del agua, y reflexionar junto a universidades, el sector privado y el tejido social sobre los retos relacionados con el agua en escenarios de emergencia climática y de escasez de recursos hídricos.

La Semana del Agua de València 2022 lleva por título “Valorar el agua: cuidar hoy, disfrutar siempre” y se prolongará desde hoy, fecha en que se conmemora el día mundial del agua, hasta el domingo 27 de marzo. La programación, que cuenta con más de una treintena de actividades en toda la ciudad y para todos los públicos, ha sido presentada esta mañana por la concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, el responsable de ACCIONA en Valencia, Carlos Espinosa, el CEO de Global Omnium, Dionisio García, y el secretario de la Unión de Consumidores de València, Vicente Inglada.

Entre las acciones de la Semana del Agua destacan la apertura de las infraestructuras de la red de saneamiento y abastecimiento de la ciudad como las plantas potabilizadoras, las plantas depuradoras o los depósitos de tormentas, entre otros, para que la ciudadanía conozca desde dentro el funcionamiento de las redes que hacen posible un servicio fundamental para la ciudad. Además, se programarán talleres infantiles sobre el agua, exposiciones y acciones de sensibilización para todas las edades, como catas de agua y de fomento del consumo de agua del grifo.

Para Valía, “con este evento pretendemos reivindicar la necesidad de hacer entre todas y todos un uso eficiente y responsable de este bien esencial para la vida, de poner en valor nuestras redes de abastecimiento y saneamiento que son fundamentales para el desarrollo de la ciudad y la calidad de vida que disfrutamos, así como reflexionar sobre los retos de la gestión del agua en un contexto cada vez más complejo de dificultad de acceso a los recursos hídricos”.

La concejala del Ciclo Integral del Agua defiende que “el agua es sinónimo de prosperidad, es un recurso fundamental para el desarrollo de cualquier actividad, pero a la vez hay que ser consciente de que es un recurso escaso y por eso hay que gestionarlo con eficiencia para garantizar su acceso a toda la ciudadanía, hoy y en el futuro”. Así, ha afirmado que “cuidar y valorar el agua también implica visibilizar las actuaciones que se acometen en nuestras redes, concienciar a la ciudadanía sobre la trascendencia de las inversiones realizadas y apostar por la excelencia y la eficacia en la gestión desde un prisma que garantice la sostenibilidad”.

Para Valía, “las ciudades del siglo XXI tenemos como uno de sus mayores retos estratégicos la gestión del agua, tanto por la escasez como por los desafíos climáticos y ambientales que afrontamos cada vez con mayor periodicidad, como las sequías o los episodios de lluvias torrenciales”. En este sentido, ha apuntado que “además del compromiso de los poderes públicos es imprescindible una implicación ciudadana que participe de un cambio profundo, que valore y cuide de un bien tan esencial como el agua, a la vez que garantizamos su sostenibilidad en el tiempo”.

El responsable de Acciona en Valencia, Carlos Espinosa, empresa gestora del servicio de saneamiento, ha resaltado la importancia de “poner en valor, al menos una vez al año, el agua y las inversiones que se realizan de forma constante en la red, así como dignificar servicios como el alcantarillado, vitales para el día a día en la ciudad y que por encontrarse enterrados bajo tierra son invisibles para la gran mayoría de la ciudadanía”.

El CEO de Global Omnium, Dionisio García, ha apuntado que “es un día para celebrar lo importante que es el agua para la vida y cómo debemos cuidar de ella, como bien imprescindible y escaso. En esta semana pretendemos reivindicar su importancia y que la ciudadanía sea consciente de ello en los pequeños gestos y en sus acciones diarias”. Finalmente, Vicente Inglada, secretario de la Unión de Consumidores de València, ha afirmado que “son claves las acciones de sensibilización que las administraciones y las entidades sociales realizamos durante todo el año para promover un consumo responsable del agua por parte de la ciudadanía que lo haga sostenible, dentro de un cambio en el paradigma de consumo, más sensible a los impactos en el medio ambiente”.

Cómo gestionar el agua de lluvia en origen y renaturalizar la ciudad

València cuenta con ejemplos de sistemas urbanos de drenaje sostenibles (SUDS) repartidos por diferentes puntos de la urbe

El Parc Central es uno de los puntos de València que cuenta con sistemas de drenaje sostenibles. ED

Tradicionalmente, el drenaje urbano ha estado orientado a evacuar las aguas pluviales lo más rápidamente posible de la ciudad, empleando sistemas de alcantarillado que desembocaran en medios receptores naturales. El crecimiento de las ciudades y, en consecuencia, de las superficies impermeables, ha provocado que las capacidades necesarias en estas redes de saneamiento sean cada vez mayores, ocasionando complejos problemas técnicos y económicos.

Los sistemas urbanos de drenaje sostenibles (SUDS) son sistemas de drenaje alternativos, complementarios a los convencionales, que gestionan la escorrentía producida en las superficies mediante técnicas que replican los procesos naturales, previos al desarrollo urbano. Así, gestionan el agua de lluvia en origen para infiltrarlo en el terreno de forma controlada para posteriores usos, o bien retrasar el vertido de esta agua a la red de saneamiento para evitar sobrecargas en la red. Una técnica mejor integrada con la naturaleza y los procesos naturales que permite ampliar la permeabilidad de las superficies de las ciudades con técnicas de urbanismo de bajo impacto e infraestructuras verdes.

En los últimos años estas técnicas, muy extendidas en el mundo, se han ido implantando en España de manera progresiva. Existen numerosos ejemplos de SUDS en ciudades de climatología muy diversa, como Sevilla, Barcelona, Madrid, Santander o València, que también cuenta ya con algunas experiencias SUDS como el Parc Central, el nuevo Rastro, el nuevo cauce del Jardín del Turia, la plaza interior de la avenida Ausiàs March, la plaza de la Ermita de San Jerónimo en Orriols, la plaza Amparo Arce en Benimaclet, la plaza Lorenzo de la Flor en el Cabanyal, o el carril bici en la calle Doctor Manuel Candela, entre muchos otros lugares.

Elisa Valía y Sara Perales, durante la presentación de la guía de los SUDS. ED

A pesar de ello, los SUDS siguen siendo desconocidos para la mayoría de los técnicos y proyectistas, y en ocasiones, esto impide que su uso sea más generalizado. En esta línea, el pasado año, la concejalía del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de València presentó la «Guía Básica para el diseño de sistemas urbanos de drenaje sostenible» junto a Green Blue Management y el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de València (UPV).

La concejala del Ciclo Integral del Agua y presidenta de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (EMSHI), Elisa Valía, sostiene que «la Guía de SUDS se constituye como una herramienta para diseñar la ciudad por parte de todos los servicios municipales, complementaria a la gestión del agua de lluvia desarrollada desde la concejalía del Ciclo Integral del Agua. Un enfoque de la ciudad diferente, entendiendo el agua no como un residuo, sino un recurso cada vez más valioso que hay que aprovechar y del que no nos queremos deshacer». Con la incorporación de criterios de drenaje sostenible a las actuaciones en el espacio público, ha manifestado la concejala, se pretende «renaturalizar la relación de València con el agua y con sus usos, y dar pasos hacia una ciudad cada vez más azul, para que también sea más verde». La responsable de Green Blue Management, redactora de la Guía, Sara Perales, asegura que «València es una las pocas ciudades de España que cuentan con una herramienta técnica específica de drenaje sostenible. Y en el caso de la de València, cuenta con un elemento diferenciador importante y es que hace una diferenciación según la capacidad de los diferentes espacios de la ciudad para gestionar esas aguas», ya que «es más fácil gestionar el agua deprimiendo zonas ajardinadas que en centros históricos, donde la densidad edificatoria es muy alta y hay menos espacios de oportunidad».