La renaturalización progresiva de las riberas del Sena por parte del Ayuntamiento de París es uno de los espejos en los que se mira València para la recuperación del nuevo cauce del Túria como espacio de uso ciudadano, uno de los proyectos estrella del alcalde Joan Ribó, cuya viabilidad cuestionan los grupos de la oposición (PP y Ciudadanos). El notable aumento del caudal del nuevo cauce del Túria, construido en los años 60 tras para hacer frente a las inundaciones, tras más de una semana de intensas lluvias lejos de alterar los planes de renaturalización del nuevo cauce del Ayuntamiento de València los ha reforzado

París, Barcelona o Zaragoza, como informó este diario, han hecho posible a través de instalaciones inundables el uso de sus riberas fluviales. El «Parc Rives de Seine» sufre periódicamente crecidas lo que no impide su uso y disfrute cuando el agua está en niveles normales. El «Parc Rives de Seine» cuenta con diferentes instalaciones desde áreas de juegos para niños, zonas de picnic, miradores y terrazas, cafés, rocódromos y pistas de petanca. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, incorporó en 2017 ocho hectáreas más al parque fluvial del Sena, quitándoselas a la autopista urbana de la marginal.

Más que la inundabilidad del nuevo cauce del Turia, el reto está en la accesibilidad dado el intenso tráfico a ambos lados del nuevo cauce del Turia, flanqueado por las autovías de circunvalación y acceso al puerto. 

Parque fluvial del Sena inundado

Más cerca de València, en Zaragoza, se encuentra otro de los referentes de parques fluviales inundables. El paraje del Meandro de Ranillas del Ebro una extensa llanura fluvial (32 hectáreas) que fue acondicionada para albergar los edificios y espacios de la Exposición Universal de 2008. 

La irregularidad del caudal del Ebro, que puede variar entre los 20 y los 4.200 m3 /segundo, llevó a diseñar un parque con elementos e infraestructuras capaces de «sobrevivir» a las crecidas del río, entre los que se incluyen incluso piscinas públicas. 

El parque fluvial del Besòs inundado en 2020 Hortensia García

En Barcelona, el Parc Fluvial del Besòs, que en enero de 2020 registró una importante crecida, es otro de los referentes de parques inundables. Este parque de desembocadura, con más de tres kilómetros de longitud y entre 60 y 80 metros de ancho, ocupa el tramo final del Besòs. El río se desbordó en enero de 2020 cubriendo de aguala espaciosa franja de zona verde y peatonal así como el carril bici. El parque, que miles de personas visitan especialmente los fines de semana, estuvo cerrado durante días hasta que el agua volvió a bajar y se reacondicionó el parque. 

 El concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, recalca que la inundación de las riberas «es habitual en ciudades con río». «Aqui quieren hacer pasar como ultrapeligroso algo que es normal en ciudades fluviales»