La quinta edición de Tastarròs celebrada este fin de semana en la Plaza del Ayuntamiento de València deja cifras de récord de público y de participación de restaurantes y la sensación por parte de sus organizadores -la Denominación de Origen Arroz de València- de que el evento gastronómico dedicado a promocionar uno de los ingredientes principales de la gastronomía valenciana se ha consolidado definitivamente en la ciudad.

Tal como destacó ayer el gerente de la Denominación de Origen Arroz de Valencia, Santos Ruiz, en las dos jornadas de la feria se han vendido alrededor de 25.000 raciones de arroz cocinado de diferentes maneras -desde las formas más tradicionales a las más vanguardistas- por los 25 restaurantes valencianos que han participado en el evento.

«Ha sido impresionante. Es sin duda la edición en la que más público ha participado, lo que confirma que el Tastarròs es una propuesta que ya ha calado entre los valencianos», subrayó el portavoz de la DO.

Uno de los aspectos más importantes de esta nueva edición del Tastarròs es la consolidación de un tipo de público joven «y abierto a probar propuestas de arroces diferentes». También ha destacado la gran presencia de familias que aprovechan las actividades organizadas en la feria alrededor de la gastronomía para entretener a los más pequeños.

Uno de los aspectos más importantes de la segunda y última jornada del Tastarròs 2022 fue su carácter solidario gracias a la iniciativa de las cocineras Begoña Rodrigo y Chabe Soler, del restaurante La Salita, para colaborar con la actuación del World Central Kitchen, el proyecto chef José Andrés, en Ucrania.

Rodrigo, Soler y el equipo de La Salita cocinaron 32 paellas de gamba roja, berberechos, salicornia y espuma de berberecho y lima, cuyas raciones a 4 euros lograron recaudar más de 3.500 euros. «A las 12 del mediodía ya habíamos vendido siete paellas y a las tres ya se nos habían acabado, pero la gente ha seguido comprando tickets gracias a los cócteles que ha estado preparando Denis, nuestro compañero ucraniano», destacaba Soler ayer por la tarde. «Lo mejor es que el público ha sido supervariado, había gente de todas las edades y ha sido muy bonito volver a ver que València sale a la calle y que se recuperan cosas que hacen disfrutar a la gente», añadió Rodrigo.

Por otra parte, el portavoz de la organización subrayó la importancia de identificar el Tastarròs no solo como una feria dedicada al arroz y a la gastronomía, sino también como una invitación a descubrir la cultura -e incluso la identidad- que gira alrededor de los platos tradicionales valencianos.

A este respecto, fue significativa ayer la exposición «Peixca a l’Albufera» o el recital ofrecido por Christian Penalba, que interpretó canciones tradicionales valencianas como los «cants de batre» propio de los agricultores.

En la jornada de ayer también se celebró el concurso de «Arrocero del futuro» en cuya final competieron ante el público ocho finalistas bajo la atenta mirada del jurado compuesto por críticos gastronómicos. El ganador fue Jorge Moreno, cocinero del Deslenguado de Alicante.