Nada más acabar la Semana Santa Marinera, la atención del calendario vira hacia la siguiente fiesta: San Vicente Ferrer. Regresan los altares después, estos sí, de dos años completos de silencio casi absoluto. Pudieron celebrar sin problemas la edición de 2019, pero desde 2020 ha quedado bajo servicios mínimos. Ahora renace con la obligación de recuperar el tiempo y las sensaciones perdidas. También las asociaciones vicentinas han sufrido los rigores de la pérdida de componentes y les queda por delante una labor de reconstrucción.

Una demostración de que hay trabajo por hacer es el concurso de «miracles», que pasa de tres sesiones a dos: de los catorce participantes de 2019 se pasa a tan sólo nueve en esta ocasión. Las representaciones serán el miércoles 20 y jueves 21, para conocerse el veredicto el viernes y llevar a cabo la entrega de premios y la representación de la obra ganadora el sábado 23, en la plaza de la Virgen. Se repetirá, de este modo, la fórmula instaurada en el ya lejano 2019, y que fue un éxito de convocatoria, con una plaza llena de público y al aire libre.

Las representaciones, con acceso gratuito, serán en el salón de actos de la ONCE en la Plaza de España desde las tres y media de latarde. El día 20, los altares del Pilar, La Canyada y Xirivella. El 21, Tossal, Russafa, Pila Bautismal, Mercado y Mar.

Los festejos principales serán el lunes 25, día de San Vicente. Tanto en los altares como los generales de la Junta Central Vicentina: ofrenda matinal y procesión vespertina. Este año, el Altar del Ángel Custodio también celebrará los actos este mismo fin de semana y no al siguiente, en el que sí que se mantiene la «dansà» del Altar del Mocadoret, previstsa para e 30, el mismo día en el que las Fallas entregarán sus premios.