El próximo domingo se cumplirán 15 años de la explosión en la subestación eléctrica de Patraix, un siniestro que no causó heridos pero que generó un enorme revuelo social así como una gran movilización cívica y política. No en vano, la onda expansiva destrozó los cristales de las viviendas más cercanas y generó un gran temor en el barrio. Tras el suceso, el pleno del ayuntamiento decretó por unanimidad el cierre de la subestación y su traslado a unos terrenos en el nuevo cauce del Turia.
Sin embargo, han pasado tres lustros y no hay noticias relevantes sobre esta infraestructura que gestionan Iberdrola y Red Eléctrica de España. Ayer, en unas declaraciones recogidas por Onda Cero Valencia, el alcalde Joan Ribó declaró que le gustaría que la subestación se traslade a otra ubicación. Mientras, fuentes de Iberdrola remitieron a Levante-EMV a la compañía de ámbito estatal, que utiliza esta subestación cuando hay picos de demanda energética en esta zona de la ciudad y debido a que el Ministerio de Industria sigue considerando estratégica esta planta para garantizar el suministro en la capital.
Compromís y PSOE, en la oposición y antes de vencer Ribó en las elecciones de 2015, reclamaron en varias ocasiones el cierre definitivo de la subestación. Sin embargo, ahora en el gobierno municipal, ambas formaciones han rebajado el tono y nadie sabe aclarar qué pasa con la planta.
No en vano, el traslado de la subestación estaba incluido en el Plan Estratégico Nacional de Industria pero nunca se concretó. Ayer la vicealcaldesa Sandra Gómez confirmó que el entorno de la subestación va a ser reurbanizado y que se convertirá en una nueva plaza de 5.000 m2. La nueva ágora se alzará sobre los actuales solares entre la calle Campos Crespo y la subestación eléctrica de Patraix y remodelará las calles Ramón de Perellós y Folch de Cardona.
