Normalidad dentro de lo poco normal que es o que parece. Pero el Besamanos a la Virgen de los Desamparados ha recuperado las escenas perdidas por la pandemia y recuperadas en parte el pasado mes de noviembre, con el invitado no deseado de la tormenta. En esta ocasión, los numerosos paraguas hicieron de parasol para recuperar esa escena tan habitual: cientos y miles de personas, muchas de ellas mayores, haciendo cola bajo un sol de justicia. Huelga decir que no hay toldo y huelga decir que estamos en ola de calor, paliada con el agua fría que se repartía. Pero acudir a ver a la Patrona es una cita inalterable. "Un ejercicio de amor" reconocía el vicerrector, Álvaro Almenar "de una ciudad siempre fiel a esta cita". 

Tanto es así, que las puertas incluso se abrieron antes de lo previsto, a las siete menos cuarto, para permitir la entrada a quienes habían echado la madrugada, empezando por las habituales Marisa y Concha y siguiendo por varios cientos, los más madrugadores, que ya aguardaban. 

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Vuelve la emoción de encontrarse con la Mare de Déu en la Misa d'Infants Eduardo Ripoll / J. Huerta

El Besamanos sigue sin ser Besamanos y ya veremos si esta fórmula se recupera. "Vamos a ver. Es cierto que las costumbres están cambiando, pero tenemos que ver como se va desarrollando todo". En un mundo donde la prevención sanitaria va a imponerse cada vez más, que miles de bocas besen la misma superficie no es, seguramente, lo más adecuado y menos en grupos de riesgo -que llevaban mascarilla en su inmensa mayoría-. Por no hablar del propio deterioro a la mano de la obra escultórica. Y además, porque los asistentes tampoco se vieron defraudados: pudieron ver a la imagen y, en esta ocasión, le pasaron profusamente, buscando el contacto divino, lo que llevaban: la estampa que se regalaba y fotos, rosarios y medallas. Principalmente, sobre el manto -donado por la Camarera de la Virgen, María Dolores Alfonso-, pero también por los flecos y la parte inferior de la talla. 

Pero si hay que quedarse con alguna originalidad, la de devotas como María Jesús y Amparo: pasaron la pantalla del teléfono móvil, donde estaban las fotos y la agenda telefónica con los seres queridos. "No pueden venir, pues el efecto es el mismo: esta en contacto con la Virgen". 

Besamanos tecnológico: frotar en el manto las fotos familiares del teléfono.

Dos horas y media en los momentos punta, cuando la cola se acercaba a las mil personas. Media hora larga en los momentos más desahogados, cerca de la hora de comer -suerte que por entonces se levantó un viento que refrescó el ambiente-, y con un efecto valle previsible, puesto que la asistencia se multiplicó durante la tarde, en la que la Basílica tenía clara la premisa: no se cierra hasta que no pase la última persona. Todo ello, entre la perplejidad de los turistas y excursiones organizadas, que se preguntaban qué era ese zigzag de personas que aguantaban el sol a plomo. 

Después de los festejos grandes de la Virgen, no se sabe cuando se empieza y cuando se acaba el ejercicio. Teóricamente, el Centenario de la Coronación podría considerarse como iniciado con este acto -o será el de 2023 el acto de clausura-, puesto que la Coronación se debería celebrar el 12 o 13 de mayo y el Besamanos llegará el 24 de mayo. De este ejercicio falta también el Besamanos de las comisiones de falla, que empezarán a final de mes y se prolongarán hasta julio. 

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Así fue el Besamanos en noviembre de 2021 Fotos de Miguel Ángel Montesinos y Avan (A. Sáiz, V. Gutiérrez y C. Fernández)

La mirada de todas las personas que pasaban esta mañana frente a la imagen peregrina de la Virgen, instalada frente al altar para este Besamanos, se iluminaba con emoción y devoción. Muchos son habituales en esta cita y para otros era la primera vez, pero a todos les une el mismo sentimiento: “es algo que no se puede explicar, muy emocionante y especial, este día me recarga las pilas”, explica Amparo Simó, responsable del Centro de Educación Infantil Veo Veo de Torrent, que participa todos los años en el Besamanos, este año con 40 niños pequeños.

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Cientos de valencianos acogen a su patrona en el Traslado Eduardo Ripoll

David, seminarista de segundo curso en el Seminario de Moncada, ha participado por primera vez en el Besamanos en mayo y lo ha vivido como “un acto muy bonito y emocionante al poder encontrarme con mi Madre y poder tener un momento de oración delante de la Virgen de los Desamparados que tan importante es para mí, y también para mi familia, que siempre ha tenido mucha devoción porque, además, mi abuela se llamaba Amparo”, señala. 

“Es un día muy bonito para todos los valencianos y está transcurriendo con tranquilidad, con una afluencia maravillosa porque los valencianos siempre responden a la llamada de la Mare de Déu. Para muchas personas era muy importante poder venir a dar las gracias a la Virgen, sobre todo después de estos años tan difíciles de la pandemia”, aseguraba el presidente de la Hermandad de Seguidores, José Luis Albiach.

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La fuerza de las Fallas en la Procesión de la Virgen (y IV, la comitiva oficial)

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La fuerza de las Fallas en la Procesión de la Virgen (III) Moisés Domínguez

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La fuerza de las Fallas en la Procesión de la Virgen (II) Moisés Domínguez

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La fuerza de las Fallas en la Procesión de la Virgen (I) Moisés Domínguez