La concejala de Participación Ciudadana Elisa Valía puso en valor que el Jardí del Túria es el resultado de la lucha de los vecinos de València y también de la implicación de los gobernantes que apostaron porque el río seco que dejó el Plan Sur se convirtiese en un gran parque urbano en lugar de una enorme autopista. «El Jardí del Túria -comentó- es el resultado y el fruto de la lucha de muchas personas» en los años 70 pero hay que resaltar que pudo «no haber estado allí».

Los niños y las familias pueden disfrutar de él, porque «un gobierno valiente apostó por trazar una franja verde en lugar de una franja gris». Y eso fue posible gracias al alcalde Ricard Pérez Casado, al concejal de urbanismo Juan Antonio Lloret y a la concejala de parques y jardines Carmen Arjona. La construcción de esta infraestructura verde fue «un soplo de aire fresco» para la capital valenciana en los primeros años de la Democracia. «Un pulmón verde -recordó Valía- que fue posible porque ciudadanía y gobernantes fueron de la mano». En esa línea, reivindicó el impacto -en este caso positivo- que tuvo este urbanismo de corte medioambiental «en los derechos de los ciudadanos». Tanto es así, que calificó de «hito» la creación de este gran parque urbano que dijo es «el más grande de Europa y el más bonito».

Por todo ello, ensalzó «la fuerza de la lucha ciudadana» para lograr «la transformación de una ciudad» y llamó a comportarse de nuevo como un «gobierno valiente» para convertir el actual PAI del Grao en un delta verde que oxigene y vertebre los barrios.