Hay varios aspectos fundamentales que tienen que darse para que efectivamente Vara de Quart se convierta en este enclave referente, a imagen y semejanza del Silicon Valley californiano o del Distrito 22@ barcelonés, en el ámbito de la industria mundial del conocimiento. Así, hay que partir de la visión de que este Distrito Innovador «no es un distrito de tecnólogos» sino que «vamos a crear una ciudad, un modelo de ciudad, desde una visión integrada y sistémica», ha indicado Miquel Barceló, coordinador del equipo que ha diseñado este proyecto.

Sandra Gómez explicó toda la transformación del polígono. | ARTURO IRANZO

Para Barceló, la conclusión final es que València «reúne las características necesarias para ser una referencia internacional de la industria del conocimiento». Eso sí, si el plan se activa en 2023, será en un horizonte de 20 años cuando se pueda hablar de su pleno desarrollo. Con esa meta, se establecerá un Plan de Acción con los usos y potencialidades de la zona industrial. Así, se aumentará la edificabilidad y se actuará en la trama urbana para dotar al polígono de zonas verdes, de más aparcamiento, áreas de servicios y comerciales y de otras infraestructuras como un carril bici, ha apuntado la vicealcaldesa Sandra Gómez. Respecto, a la superficie destinada a usos residenciales, un porcentaje para empezar a trabajar sería el 30% del total de la actuación, teniendo en cuenta la experiencia de Barcelona, que ya tiene Barceló.

La idea es fomentar el coworking pero también el coliving ya que se dotaría a Vara de Quart de espacios destinados a viviendas para los propios trabajadores y emprendedores que se instalen en el futuro distrito de innovación. Por ende, el espacio dedicado a oficinas podría oscilar entre el 40 y el 50%, en los edificios dedicados a negocios. Eso sí, la inversión privada será la que transforme «edificios deteriorados y solares», en desuso en la actualidad.

En cualquier caso, el Distrito Innovador tendrá que conectar a los agentes privados con los públicos, y deberá aprovechar el ecosistema innovador existente con las dos grandes universidades (la Politécnica y la de València), la red de centros tecnológicos Redit, el Parc Tecnològic de Paterna, los centros ESIC y el otro polo de innovación que no acaba de arrancar: la Marina de València. Coordinarse con toda la red tecnológica existente «es una oportunidad, no un problema» para este innovador enclave en proyecto.

Además, el nuevo polígono de Vara de Quart tiene que tener «una gobernanza propia» vigorosa, una intensa capacidad de autogestión, ha relatado Barceló, porque si no, hay peligro real de que no se logre el éxito del plan.