La restauración de la iglesia-museo de San Nicolás, bautizada como la "capilla sixtina valenciana" por los frescos barrocos que decoran la bóveda de la nave central, ha dado nuevas sorpresas que el público podrá ver en un recorrido ampliado por el monumento. San Nicolás se convirtió tras la restauración llevada a cabo en 2016, financiada por la Fundación Hortensia Herrero, en uno de los grandes atractivos del barrio del Carmen y se considera ya uno de los monumentos más visitados de la ciudad. El edificio, catalogado como Bien de Interés Cultural, ha vuelto a las cifras de público anteriores a la pandemia, con 200.0000 visitas el último año. La iglesia amplía ahora su oferta con la apertura de nuevos espacios como el trasaltar renacentista y las cubiertas que hasta ahora no se podían ver. Además, se retomarán a partir del próximo jueves, 7 de julio, las visitas nocturnas para grupos de 15 personas.

La intervención de restauración arquitectónica que dirige Carlos Campos ha dejado a la vista partes de la primera iglesia de San Nicolás de estilo gótico, construida en el siglo XV. Campos ha explicado que el gran atractivo que suponen los 2.000 metros cuadrados de pinturas al fresco que decoran la bóveda, obra de Dionís Vidal según diseño de su maestro Antonio Palomino, dejan ocultos otras partes del monumento de gran interés a las que ahora se dará más visibilidad.

Un espejo en el recorrido permite ver las ménsulas góticas

 San Nicolás es un edificio singular que con el tiempo ha quedado embebido por la trama urbana. Consta de diferentes alturas y dependencias, en algunos puntos laberínticas. El templo actual data de 1774, aunque San Nicolás fue una de las iglesias de la conquista cristiana (1238). En el siglo XV fue objeto de una importante ampliación en estilo gótico. Algunas de las partes de aquel primitivo edificio han salido ahora a la luz. Se trata de «interesantes hallazgos arquitectónicos» que facilitan una mejor lectura de la evolución del templo a lo largo de los siglos XVI, XVI y XVIII, ha explicado Carlos Campos en la presentación del nuevo recorrido guiado. 

Un recorrido que arranca en la sacristía y pasa por el trasaltar desde donde se accede por una estrecha escalera a lo que en su día fue la parte exterior de la cabecera gótica donde se conserva una ventana ojival con parteluz. Un espacio desaprovechado que se venía utilizando como almacén y que ahora se recupera como un nuevo espacio para el museo donde se exhibirá la colección de valiosos cantorales miniados de San Nicolás, el más antiguo de 1610. 

En el trasaltar, una de las estancias más sagradas y secretas de las iglesias, se ha dejado a la vista la sillería del siglo XV que apareció al retirar un armario empotrado. El trasaltar, ubicado como su nombre indica detrás del altar mayor y adosado a la cabecera del templo, se construyó en1664. Se trata de una estancia de pequeñas dimensiones cubierta por una compleja bóveda de planta rectangular. Cuenta con una rica decoración y un interesante zócalo de cerámica valenciana del siglo XVII. Los muros y la bóveda se cubren con estucos policromados con símbolos eucarísticos. 

En la escalera de subida a las cubiertas se ha dejado a la vista otro interesante hallazgo de la iglesia gótica, en concreto una de las ménsulas de la bóveda. Para poder apreciar con comodidad este y otros elementos se han colocado estratégicamente espejos en algunos puntos del recorrido. 

En la presentación el conservador de la parroquia de San Nicolás, José Juan Baldó, ha subrayado la voluntad de la parroquia de mostrar al público la importante colección de arte de San Nicolás, en la que se incluye además de tablas de Juan de Juanes, Vicente Macip, Jacinto Espinosa o Vicente López, valiosa indumentaria litúrgica, restaurada ya en parte por el Colegio del Arte Mayor de la Seda, y destacadas piezas de orfebrería. 

Por su parte, Claudia Añó, historiadora del Arte y gestora cultural ha destacado la voluntad y el espíritu del acuerdo con la Fundación Hortensia Herrero es ir mostrando todo el patrimonio que se recupere.

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