Pequeñas losas de piedra, de apenas medio metro, con el escudo de València esculpido en el centro, y colocados en los caminos para marcar la anchura de los mismos. Eso son las hitas de la huerta de València, un patrimonio cultural desconocido por la mayoría pero de gran valor histórico y patrimonial, algunos fechados en la Edad Media. De ahí que el ayuntamiento se haya lanzado a redescubrirlos y censarlos, que es el primer paso para salvarlos de la extinción.

Dos ejemplos de hitas semienterradas. | LEVANTE-EMV

En esa dirección, el concejal de Agricultura, Alimentación Sostenible y Huerta, Alejandro Ramon, y la concejala de Patrimonio y Recursos Culturales, Gloria Tello, han presentado, junto a junto miembros de la Cátedra L'Horta de València Territori Metropolità, de la Universitat de València, el «Estudio, análisis y guía para la protección de las hitas embaldosadas de l'Horta de València», un trabajo impulsado por el Consell Agrari de València.

Las hitas embaldosadas son piezas de 50 centímetros de piedra calcárea del terreno marcadas con el escudo de la ciudad de València –las cuatro barras enmarcadas en un rombo- que durante siglos sirvieron para marcar la anchura de los caminos reales –por donde entraban los productos que alcanzaban el Cap i Casal-, así como los azagadores –por donde pasaban las manadas. «Estas piezas servían para marcar el ancho de los caminos y evitar así que los labradores invadieran el espacio público», explicó Manel Alemany, uno de los autores del estudio.

La investigación ha sido dirigida por Enric Guinot y Joan Carles Membrado, mientras que Carles Verdeguer, junto a Manel Alemany, han hecho el trabajo sobre el terreno. En estos momentos, el inventario se encuentra en fase de ser introducido en el catálogo de bienes patrimoniales municipales de naturaleza rural. Tal como han explicado los autores del estudio, la única documentación existente era un mapa del catastro del 1924, pero desde entonces muchas se han movido o han desaparecido.

En total han inventariado 32 hitas, de cuatro épocas diferentes –según el estilo de grabación del escudo-, las más antiguas de época medieval y las más nuevas del siglo XIX. «Entonces se hicieron las últimas reubicaciones, a veces recuperando de más antiguas, y señalando cosas diferentes, como cementerios», añadió Alemany. Todas ellas se encuentran en el término municipal de València excepto dos que se encuentran en Catarroja y Massanassa. «Obviamente había molidas más, pero muchas han quedado soterradas bajo el asfalto y otros han sido destruidas con la aparición de la maquinaria agrícola pesada», concluye el investigador.

El concejal Alejandro Ramon destacó que «es la primera vez que la administración, en este caso el Ayuntamiento, se preocupa de proteger esta parte del patrimonio valenciano». El edil ha señalado que, «si bien es verdad que la huerta es un espacio productivo, no es menos cierto que también está lleno de patrimonio, en este caso un patrimonio material y arquitectónico que queremos poner en valor».