Veinte años de degradación empiezan a tocar a su fin en uno de los últimos vestigios industriales de la zona residencial de València. No se trata de una fábrica antigua, es verdad, pero sí de una forma diferente de entender la disposición urbana.

Hasta el inicio del siglo, Aracil era una firma reconocida en el mundo del textil. Fueron incluso proveedores de Canal 9: «Vestuario: Aracil» se podía leer en los títulos de crédito de los informativos. Sin embargo, la crisis del sector, el empuje de nuevas marcas, el mercado asiático y, en definitiva, la renovación absoluta se llevó por delante la firma, junto con otras no menos emblemáticas. En 2002 entró en suspensión de pagos. Los servicios los tenían centralizados en una fábrica que ocupaba gran parte de una manzana en las calles Asturias y Juan Bautista Muñoz. Degradándose durante los últimos veinte años, en los que fue pasto del deterioro. Ocupación ilegal pero, sobre todo, y en eso coinciden los vecinos, servía y sirve de cobijo a una gran colonia de palomas -se las ve revolotear por todo el barrio- «con los problemas de suciedad que conlleva».

El edificio, de algo más de cinco mil metros cuadrados, fue recalificado en el último tramo del gobierno popular, pasando de suelo industrial -tal como era en su tiempo gran parte de la zona- por residencial, algo que fue en su momento criticado por la oposición socialista, que consideraban que esas parcelas debían ser destinadas a suelo dotacional y no a la desbocada carrera de edificabilidad que transformó la parte sur de los Camins al Grao.

Lo cierto es que el edificio ha permanecido abandonado durante esas casi dos décadas. «Tuvo incluso una chimenea, pero acabaron derribándola, porque estaba en muy mal estado» recuerda uno de los vecinos. Ahora, la piqueta acaba de entrar y se está llevando por delante la totalidad del inmueble. Ahora se acumula la escombrera en el centro de la enorme plaza. Es el primer paso para darle un uso, que todo parece indicar será dedicado a hostelería. De hecho, desde que se conoció el cambio de uso han pasado diferentes proyectos: desde lofts a residencia de estudiantes y apartahotel.

Los vecinos consultados comentan que lo más importante, de momento, es acabar con la degradacion de un inmueble inmenso, que era, a estas alturas, una enorme anomalía en el paisaje urbano.

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