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Las dos caras del turismo en el Mercat

Numerosos puestos del Mercado Central han reconvertido su oferta para atender a los visitantes, mientras otros los consideran un estorbo

Las dos caras del turismo en el Mercat |

Desde que se inauguró en 1928, el Mercado Central es conocido por ofrecer producto fresco en el centro de València, pero con el tiempo varios puestos han aprovechado el interés cultural por el recinto para orientar su comercio al turismo. De este modo, conviven en un mismo lugar comercios destinados a la venta de productos frescos con otros que han dirigido su oferta a los visitantes. Y lógicamente hay opiniones dispares.

Las dos caras del turismo en el Mercat |

Entre las 7:30 y las 15:00 el edificio referente del modernismo valenciano se convierte un lugar de socialización y, como en todos los mercados municipales, la gente compra y descubre productos. Sin embargo, el turismo representa una parte importante de las visitas que recibe: «Nos hemos ido adaptando con el tiempo. Llevamos aquí 15 años y cuando empezamos no había tanto turismo como ahora. Los productos que más se venden son los aceites, los turrones y el jamón, todos ellos muy demandados por turistas. Además, hemos creado una cerveza con nuestra propia receta que es lo que más éxito tiene», asegura Raquel Pérez, del puesto Supergourmet.

Las dos caras del turismo en el Mercat |

Por su parte, vendedores de carne o fruta y verdura afirman que el turismo no supone una ventaja para sus comercios y recuerdan que el Mercat también tiene una oferta para quienes estén dispuestos, además de disfrutar de la estética del edificio, a salir cargados con la compra : «Ahora vienen muchísimos más turistas que antes. Un turista viene a ver el mercado, a lo mejor compra zumo o algo de fruta, pero productos como la verdura, no los compra. Estos puestos no son para turistas, son para gente que viene a comprar», explica Remedios Pérez, de Frutas y Verduras Javier Real, algo que repiten desde otros puestos de carnicería o pescadería, en los que el viajero no es el consumidor habitual: «vienen a pasear, a tomar algo fresquito de camino y se van», confirman.

Las dos caras del turismo en el Mercat |

Teresa Beltrán, de Delicatessen Valencianas, afirma que el turista que compra en el Mercado Central, lejos de ser un visitante al que «se le pueda engañar», es alguien que conoce el producto y reconoce su valor: «Depende de la nacionalidad del turista. El japonés, por ejemplo, conoce muy bien los productos valencianos buenos y de primera calidad. Además, valora mucho los aceites. Hay turistas que se alojan en grandes hoteles donde sirven aceites como el Lágrima o el Nodus y por eso los conocen. Lo mismo ocurre con la N GinVLC, conocen esta ginebra porque la sirven en grandes hoteles y aquí la mayoría de gente ni la conoce ni valora el precio que tiene. Saben lo que es bueno y vuelven varios años», añade.

Las dos caras del turismo en el Mercat | FOTOS DE CARLOTA MENDOZA

Otra mercancía muy demandada por turistas es el Agua de Valencia, «les gustaría que hubiera una pequeña para llevarla en el avión. Hay muchos productos de 100 mg para que los puedan transportar», explica.

En términos generales, la reurbanización de la zona es una incógnita. Ha llevado a que la Asociación de Vendedores del Mercado Central presentara alegaciones respecto al proyecto con el objetivo de facilitar el acceso a clientes de diferentes barrios de València, demandando que el transporte público llegue hasta el entorno del edificio y se establezcan paradas de taxi en la zona.

Esta peatonalización ha puesto en valor la monumentalidad del Mercado Central, pero dificulta el acceso y la carga de compras para quienes no son vecinos del barrio. Sin embargo, y teniendo en cuenta que el recinto forma parte de la identidad de la ciudad, los vendedores, con diversos perfiles de clientes, confían en sí mismos al ofrecer un producto de calidad que mantiene su esencia.

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