La portavoz del PP, María José Catalá, ha criticado la remodelación de la plaza de la Reina que “es un verdadero secarral” y ha reclamado hoy al gobierno municipal “más zonas de sombra para hacerla más amable para las personas pues no hay ningún banco en una sombra y los que hay no son los más adecuados”. Catalá ha alertado que el Gobierno de Ribó y PSOE “optan por exceso de cemento en todas sus actuaciones y la plaza de la Reina o la remodelación provisional de la plaza San Agustín son un ejemplo”. Por ello, la portavoz del Partido Popular se ha comprometido a cambiar los proyectos de urbanismos de chapuza tácticos y los proyectos áridos de cemento excesivo para incorporar más espacios verdes y zonas de sombra. "Valencia debe volver a ser una ciudad amable con zonas confortables”, asegura.

Catalá ha señalado que el exceso de cemento y la aridez es una práctica y dinámica habitual en los proyectos que está llevando a cabo el gobierno de Ribó y PSOE: "lo hemos visto en la Plaza la Reina y también en la Plaza San Agustín". Asimismo, la portavoz del Partido Popular ha añadido que “a esta dinámica de aridez, se une también el feísmo de algunos proyectos como la reforma provisional de la Plaza del Ayuntamiento que ha costado más de 1 millón de euros, o el galimatías que han hecho en Pérez Galdós donde la gente no sabe por dónde debe andar, y que también ha costado un dineral (750.000€)”.

El PP también ha cuestionado la gestión del parking por parte de la EMT, que ha sido puesta en duda por el propio Interventor General. Por tanto, podríamos coincidir con las opiniones manifestadas por el auditor privado en sus informes en el sentido de que la EMT puede no cumplir el requisito de actividad del 80 por ciento regulado en el artículo 32.2 letra b) de la LCSP”, dice el informe del Interventor. La portavoz del PP, María José Catalá, insiste que “es un nuevo error encargar a la EMT la gestión de otro parking municipal, quien añade que la EMT debe dedicar todo su esfuerzo a gestionar bien el transporte de viajeros, ofreciendo una mejor calidad en el servicio, frecuencias de paso competitivas y seguridad. “Con la situación en la que se encuentra la EMT no está para asumir más gestión, con la mayor deuda de su historia, 121 millones de euros, perdida de 40 millones de viajeros y unas pérdidas de ingresos del último año de más de 17 millones de euros”, explica Catalá.