La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de València acaba de declarar la caducidad de la licencia ambiental otorgada al Hotel Sidi Saler en 1999 lo que en la práctica supone el fin de la actividad hotelera en este emblemático resort y lo condena a la demolición, tal como han anunciado el alcalde Joan Ribó y el vicealcalde Sergi Campillo en varias ocasiones.

El trámite jurídico-administrativo aprobado en la JGL declara nula la resolución de U-4620 de 13 de julio de 1999 para ejercer la actividad de hotel en la avenida de de la Gola de Pujol 19, cuyas titulares son las empresas Divarian Propiedad SA y Coral Homes SL, en virtud de la resolución BV-1902, de fecha de 28 de julio de 2022. El ayuntamiento ha constatado «la paralización de la actividad durante más de 2 años» en este complejo hotelero y ha procedido a andar el camino para derruir el edificio.

Ribó ha rechazado la posibilidad de recuperar el hotel Sidi del Saler como residencia para mayores, tal como proponen los vecinos del Saler e incluso defendió el PSPV de manera tímida durante algún tiempo. De hecho, los residentes iniciaron una campaña de recogida de firmas para impulsar la iniciativa que ha caído en saco roto.

El alcalde y Campillo pretenden recuperar los terrenos del hotel para el parque natural y la playa del Saler. Al igual que otras construcciones del espacio protegido como la venta de toros de la Diputación de València, abandonada y sin uso. Todo ello, iría en la línea iniciada en los años 80 por el alcalde socialista Ricard Pérez Casado para recuperar y proteger el paraje natural, tal como han argumentado en público y en el pleno ambos dirigentes de Compromís.

El Sidi Saler, del lujo al abandono

El Sidi Saler, del lujo al abandono Marga Vázquez

Los residentes de la zona, por su parte, han demandado tener un debate público cara a cara con el ayuntamiento y que este ponga encima de la mesa los costes de un futuro derribo, esto es, cuánto cuesta y quién lo paga y su plazo de ejecución.

No en vano, los portavoces de la asociación de vecinos de la Devesa-El Saler subrayan que destinar esta parcela a una residencia no supondría hacer ninguna reclasificación urbanística porque ya está calificada como urbana, tal como publicó Levante-EMV. 

Por su parte, la concejala del PP, María José Catalá, señala que se ha perdido «una oportunidad única para reactivar económicamente la zona y dotar de más servicios a los vecinos que en enero ya mostraron su oposición a demoler el Sidi Saler». Una vez más, Ribó «ha impuesto su capricho ideológico antes que atender las peticiones vecinales». Catalá advierte además del impacto ecológico de derruir el antiguo hotel de 5 estrellas ya que generará «hasta 32.000 toneladas de bloques de escombros y de basura».