«En un momento todo se cubrió de llamas. Cuando traté de entrar en el apartamento del séptimo, una llamarada me sorprendió así que bajé corriendo y empecé a toca a los timbres y a avisar al resto de vecinos para que desalojaran sus casas». Este es el testimonio de Jonathan Rodríguez, un joven cocinero de 26 años que trabaja en el centro y que vive en la planta 5ª del edificio siniestrado.

Hacia las 5,30 de la madrugada se despertó sobresaltado por ruidos extraños en las plantas superiores y conforme estaba, con un pantalón corto y el torso desnudo subió a la planta 7ª. En un primer momento trató de entrar a la vivienda de la primera fallecida pero ante la virulencia del fuego, desistió y optó por dar la voz de alerta. No pensó en el riesgo que corría: «la adrenalina le lleva a uno a hacer cosas que no piensa».

Además, de Rodríguez y otros vecinos, que llamaron a Bomberos y Policía Local, unas dependendientas de un horno cercano, que vieron el incendio, pararon a una patrulla de la Policía Nacional que rápidamente activó a los servicios de emergencia. Hasta el lugar se desplazaron varias patrullas de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía, así como dos ambulancias SAMU y un Soporte Vital Básico. Los sanitarios trasladaron a la vecina intoxicada por humo.