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Comunitat Valenciana

El Botànic derogó el BIC de los "bous al carrer" solo 8 meses después de aprobarlo el PP

La declaración como bien cultural inmaterial para los actos taurinos populares fue la más efímera que se recuerda

Una vaquilla embiste a unos jóvenes, en un encierro taurino en Sagunto. Daniel Tortajada

Los "bous al carrer" tocaron el cielo durante apenas 8 meses. Durante ese breve período de tiempo, y allá por 2015, los festejos taurinos populares fueron declarados Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial a instancias del Consell presidido por el popular Alberto Fabra. La declaración se concretó apenas un mes antes de las elecciones pero desde febrero de 2012, el ejecutivo autonómico ya había iniciado los trámites para otorgar este reconocimiento a estos festejos.

Además, dentro del equipo encabezado por Fabra, los taurinos encontraron un aliado más entusiasta si cabe: el conseller de Gobernación Serafín Castellano, que apoyó desde su departamento la expansión de estas tradiciones, por la vía de todo lo relacionado con la seguridad.

Sin embargo, esta declaración BIC fue la más efímera de la historia valenciana. Cuando se produjo el cambio de ciclo político y el socialista Ximo Puig accedió al poder, con el apoyo de Compromís y Podem, una de las primeras medidas que adoptó el primer Govern del Botànic fue la derogación de este elevado nivel de protección.

La medida fue aprobada con la firma de Alberto Fabra el 2 de abril de 2015 y entró en vigor el 9 de abril con la publicación de dicha ley en el DOCV. Sin embargo, apenas 8 meses después, el Boletín Oficial de las Cortes Valencianas (BOC) publicó el 5 de noviembre de 2015 la proposición de ley para derogar la Ley del PP 6/2015, de 2 de abril, de la Generalitat, de Reconocimiento, Protección y Promoción de las Señas de Identidad del Pueblo Valenciano. La propuesta de los grupos parlamentarios del PSPV, Compromís y Podemos había sido aprobada en el pleno de les Corts, con los votos en contra del PP.

Desde entonces, las fuerzas políticas del gobierno progresista valenciano ha mantenido la misma postura sobre los "bous al carrer" que hoy y siguen manteniendo las mismas dudas sobre la conveniencia de seguir autorizándolos. Como dijo el sábado Ximo Puig no se contempla prohibir todos los festejos de forma generalizada como no se ha hecho hasta ahora. Y se deja a cada ayuntamiento y alcalde que haga lo que estime oportuno, en función de la realidad de su municipio. Eso sí, el jefe del Consell ve recomendable analizar las normativas para mejorarlas si es necesario con vistas a garantizar la seguridad de las personas y evitar el maltrato animal.

Ahora bien, en las filas del PSPV y de Compromís es evidente que hay dirigentes autonómicos y locales favorables y contrarios a estas fiestas. Más aún después de haberse producido hasta 7 muertes en este trágico verano posterior a la pandemia y debido a las críticas por maltrato animal que reciben los encierros.

Mientras, Podem y Esquerra Unida que también comparten gobierno en la Generalitat y en bastantes municipios, mantienen una postura contraria a los "bous" y son partidarios de prohibirlos. Todo ello, en pleno debate sobre si conviene prohibir los actos taurinos populares o no, en la línea de lo expresado por la vicepresidenta del Consell Aitana Mas, que recientemente se preguntaba si se puede considerar "fiesta" una actividad en la que muere gente.

Respecto al PP, es evidente su respaldo casi sin fisuras a estos festejos, aunque ha habido algunos políticos municipales que han roto esa unanimidad en sus poblaciones. En esa línea, hay que subrayar que desde los ayuntamientos se ha ayudado mucho al crecimiento de la tradición en la Comunitat Valenciana.

Así, los alcaldes populares suelen optar por conceder subvenciones directas a las peñas o directamente han pagado con dinero público la compra de toros y vaquillas para exhibirlas en las calles o en plazas portátiles durante años. En cambio, los munícipes de izquierdas que apoyan la fiesta, suelen decantarse por la vía indirecta de ayudar a costear todo lo que envuelve a la fiesta como la contratación de ambulancias y seguros, o montajes de barrotes y otros elementos de seguridad.

Según la memoria anual de "Bous al Carrer" de la Generalitat Valenciana también queda claro que el gran "boom" definitivo de los actos taurinos populares se produjo en el último mandato de Francisco Camps y en el primero de Alberto Fabra. Esto es con gobernantes del PP. De hecho, en 2009, se cierra el año con un total de 5.289 festejos taurinos en la Comunitat, la peor cifra de los últimos 13 años sin contar la pandemia.

Sin embargo, a partir de ahí, el número de eventos taurinos anuales crece de forma exponencial, más de 3.000 en números redondos, y alcanza los 8.242 en 2015. A partir de ahí, ya con los gobiernos del Botánic, la media de actos taurinos se ha mantenido en esa cifra con picos de 9.512 en 2017 y de 8.623 en 2019.

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