La policía local de València intervino esta madrugada para disolver el botellón improvisado en el entorno de la discoteca Indiana, en la plaza de España y la calle San Vicente, tras un apagón y posterior desalojo del local. Un inesperado corte del suministro eléctrico obligó al desalojo de la discoteca forzando a decenas de personas a salir de madrugada al exterior de la discoteca donde muchos decidieron alargar la fiesta. La concentración de gente en la calle volvió de nuevo a poner a prueba la paciencia de los vecinos del entorno, que llevan años soportando las molestias, inseguridad, peleas y el vandalismo que generan los botellones en esta zona.

La concentración de los clientes de la discoteca en la calle obligó a la policía local, según informaron fuentes de la concejalía de Seguridad Ciudadana, a cortar por seguridad el tráfico durante 30 minutos. Los agentes levantaron siete actas de denuncia por consumo de alcohol en vía pública, otras seis por contaminación acústica y una más por tenencia de drogas. Fuentes de la policía local han destacado que la intervención se produjo a las 3 de la madrugada e insistieron en que no se trató de un botellón, sino de una "concentración de personas" en la calle que se produjo tras el apagón en la discoteca.

Tras la tregua veraniega, cuando esta céntrica discoteca cierra y se traslada a la playa, las fiestas nocturnas han vuelto con fuerza. Los vecinos han decidido organizarse para llevar a cabo movilizaciones con el objetivo de poner fin al incivismo. "Queremos que trasladen el local" fuera del centro, asegura uno de los vecinos.

"Estamos viviendo una situación muy grave de vandalismo", ha denunciado esta mañana uno de los vecinos que residen en la zona. "Esto se ha convertido en un botellódromo. Todas las mañanas nos levantamos con suciedad, orines, basura y vómitos a la puerta de casa".

Los vecinos describen de jueves a domingo en el entorno de la discoteca peleas, destrozo de mobiliario, vandalismo en los patios de las viviendas, e incluso agresiones a la gente que pasa. "No respetan ni a la policía". "Les tiran piedras a los taxistas e increpan a la gente que va a pie", apunta uno de los afectados.

"Nos encontramos indefensos" ante una discoteca que lleva 30 años abierta. Los vecinos, que tienen grabadas horas de botellones a las puertas de sus casas y se quejan de la impotencia.

Los vecinos aseguran que el barrio de la Roqueta tienen distintas problemáticas y en la calle San Vicente con la plaza de España "llevamos años sufriendo los problemas que genera esta discoteca, ubicada en una antigua nave industrial situada en el interior de un patio de manzanas, que se ha ido ampliando con el tiempo"

" Yo me voy de jueves a domingo a otra residencia para poder descansar", explica un vecino. "Empiezan sobre las 11 de la noche y acaban pasadas las 5 de la madrugada. Hay una pizzería que abre poco después con lo cual la fiesta se alarga más". "Estamos cansados de levantarnos y encontrarnos coches abollados, orines y vómitos". "Ahora estamos organizándonos para denunciar con imágenes el calvario que vivimos", añade.