Un grupo de hosteleros de la zona de Honduras y adyacentes han protestado esta mañana ante la Delegación de Espacio Público, a las puertas del edificio de Tabacalera, para pedir la paralización del plan especial de recortes que afecta a 72 locales y supone perder más de la mitad del espacio habilitado para sus terrazas. Los afectados, arropados por la Asociación por una Hostelería y Ocio Responsable en Honduras- Blasco Ibáñez y por la Coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia, han mostrado su malestar ante lo que consideran una medida que carece de fundamento técnico y agrava su viabilidad económica para poder mantener abiertos sus locales. Lo han hecho con pancartas de “SOS recortes terrazas Honduras. El Ayuntamiento nos arruina”, “El Ayuntamiento nos envía al paro” y un simbólico pintado de terraza y sus consecuencias.

De hecho, el portavoz del colectivo de hosteleros y locales de ocio de Honduras, Víctor Fernández de Córdova, ha señalado que si se llevan a cabo los recortes de terrazas, que van desde un 45% hasta un 85%, los establecimientos difícilmente podrán hacer frente a las pérdidas económicas. Unas pérdidas que se situarían en los 1.300 euros de media semanales y en los 68.200 euros anuales, tal y como han calculados los propios afectados. Esta cifra implicará, además, tener que prescindir de parte de sus plantillas y pone en juego cerca de 120 puestos de trabajo del sector en el barrio, ha resaltado Fernández.

Por otra parte, ha recriminado a la concejala de Espacio Público, Lucía Beamud, su falta de empatía, ya que el anuncio de los recortes llega en un momento de inflación disparada, en la que la factura de los costes energéticos, sumada a la de los productos de la cesta de la compra, ya es un 36% superior para las pymes hosteleras en comparación con la de hace ocho meses.

Asimismo, ha señalado que las pymes del sector todavía no se han recuperado, económicamente, de los efectos de la crisis sanitaria, que provocó cierres de actividad y restricciones de horarios durante los dos años más críticos de la pandemia. De hecho, “estamos pagando aún los ICO a los que tuvimos que recurrir para no tener que bajar las persianas definitivamente”, ha apostillado al respecto.

Compensar y evitar otra ZAS  

La concejala Beamud por su parte ha asegurado que los recortes son necesarios para equilibrar la actividad de los hosteleros con el derecho al descanso de los vecinos, que desde hace meses denuncian las molestas por ruido que se generan en esta conocida zona de ocio nocturno. Se evitará, apunta Beamud, la declaración de zona acústicamente saturada. Las mediciones que se están realizando apuntan a que se ya se estarían alcanzando los niveles que obligarían al ayuntamiento a decretar una nueva zona acústicamente saturada. La concejala también ha recordado que los hosteleros han sido uno de los sectores que más ayudas y medidas de apoyo, como la ampliación de las terrazas, han recibido durante los meses de la pandemia.

Para los hosteleros, en cambio, el plan de recortes “es un ataque dirigido a la hostelería, ya que pone el foco en perseguir la actividad reglada”. Y esto, advierten, “solo puede provocar el deterioro de la convivencia ciudadana con el incremento de los problemas con el botellón, los lateros, la venta ilegal de alcohol, las conductas incívicas o los conflictos en pisos de estudiantes que se detectan en el barrio cuando los locales están cerrados”. Una situación, ha remarcado, que ya se produjo durante el toque de queda y hasta el levantamiento definitivo de las restricciones en octubre de 2021.