La Concejalía de Cultura presiona a la empresa adjudicataria de las obras de recuperación de la muralla islámica que se desarrollan en la plaza del Ángel, en el barrio del Carmen, para que avance en la ejecución de la intervención y lleve a cabo las «medidas precautorias» encaminadas a proteger las edificaciones y los restos del recinto fortificado ante la llega de lluvias intensas en septiembre y octubre. 

El gobierno local aprobará hoy en junta de gobierno rechazar la prórroga de seis meses que ha solicitado la contratista (CYR Proyectos y Servicios-YSC) a la que ya se ha requerido de manera insistente para afianzar la cimentación de los edificios anexos a la muralla. Los edificios fueron vaciados para la construcción del centro de visitantes donde, tal como informó este diario, aparecieron de forma inesperada los restos de una vivienda islámica con interesantes pinturas murales. La empresa solicitó la paralización de toda la obra. El ayuntamiento ordenó solo la paralización parcial recordando al contratista que el pliego de licitación fijaba la necesidad de «realizar de manera simultánea» la excavación arqueológica, la construcción del centro de visitantes y la restauración del lienzo de la muralla

Advierten los técnicos municipales, en base a los informes de la dirección de obra, que no se justifica la prórroga en los plazos de intervención, dado que se puede seguir avanzando en la consolidación de la muralla y en la intervención en el resto del ámbito no afectado por la presencia de los restos de la vivienda del siglo XI. Todo entretanto se resuelve el futuro de la construcción, esto es, si se integra en el edificio o se traslada. Mucho menos, advierten, se justifica «por su propia naturaleza» aplazar las medidas precautorias exigidas desde junio al constructor y que deberían haber acabado el 1 de septiembre. Las «medidas precautorias» son «necesarias para asegurar la estabilidad de los edificios colindantes y evitar daños al patrimonio en caso de lluvias excepcionales (anunciadas para septiembre-octubre)» por lo que, advierten los técnicos de Cultura, «deben ejecutarse con absoluta inmediatez». 

Las obras de la muralla islámica, con 2,7 millones de presupuesto, debían haberse entregado en junio de este año. Ante los retrasos, el ayuntamiento expedientó a la empresa que se enfrenta a penalizaciones económicas.