La junta de gobierno del Ayuntamiento de València ha rechazado hoy el recurso de reposición interpuesto por los dueños del hotel Sidi contra la caducidad de la licencia aprobada por el consistorio tras años de inactividad del hotel de cinco estrellas, en su día emblema del lujo. El edificio, ubicado en primer línea de playa del Parque Natural de la Devesa, cerró en 2011 tras quedar afectado por el deslinde de Costas y pasar a manos del Estado.
El concejal de Ecología Urbana y vicealcalde, Sergi Campillo, ha explicado en la rueda de prensa habitual de la junta de gobierno que ahora las mercantiles propietarias del hotel, Coral Homes (Caixabank) y Divarian (BBVA), pueden acudir a la vía judicial. La licencia de actividad es fundamental para que las empresas, que presentaron un proyecto de restauración y mejora de integración paisajística del hotel en 2019 que el gobierno de Ribó rechazó, puedan mantener la concesión de ocupación otorgada en 2018 por el Ministerio de Transición Ecológica.
Preguntado en relación a un más que probable recurso contra la caducidad de la licencia, el concejal de Ecología Urbana cuyo departamento informó en contra de la concesión aseguró que " ni esperamos ni dejamos de esperar el recurso, las empresas están en su derecho de recurrir". El concejal añadió que el ayuntamiento ha hecho lo que "legalmente" debía hacer. Se trata, ha explicado de un edifico que "lleva más de dos años de inactividad demostrados y el ayuntamiento cumple la ley y da por caducada la licencia". "Otra cosa es que cada uno ejerza sus derechos en las instancias que corresponda", ha apuntado.
Sobre el derribo del hotel Sidi, Campillo ha recordado que la propiedad es del Gobierno aunque insistió en que la intención del gobierno local, formado por una coalición de Compromis y PSPV, "es recuperar la duna" y "devolver a la naturaleza lo que nunca se le debía haber quitado". El concejal descartó así cualquier posibilidad de dar nuevo uso al hotel como han defendido los vecinos del Saler e incluso los socios del PSPV en el gobierno local. El concejal de Ecología Urbana, de Compromís, ha declarado en este sentido que "hay que dejar lo que está en uso pero lo que no hay que recuperarlo, como se ha hecho como muchas edificaciones del parque natural".
Tenemos que recuperar la duna donde está el Sidi y devolver a la naturaleza lo que nunca debimos quitarle"
Campillo añadió que el destino del hotel debe ser el mismo que el del antiguo hipódromo, que se cerró y se reconvirtió en centro de interpretación y observación de aves (Racó de l'Olla). Es lo mismo que se está haciendo con la antigua venta de toros de la Diputación de València, cerrada desde hace años y que ha sido cedida al consistorio que, a su vez, ya está redactando el proyecto de derribo y recuperación ambiental.
La venta de toros, como el hipódromo o el propio hotel Sidi son vestigios de los planes desarrollistas de urbanización de la Devesa que se paralizaron ante la presión ciudadana. Tras la declaración del bosque de la Devesa y la Albufera como parque natural en 1986 se inició un proceso de eliminación de obra dura y derribos que no se ha completado. Para Campillo, la demolición del hotel Sidi es necesaria y supondrá una protección para los propios vecinos de la Devesa. "El cordón dunar protegerá sus viviendas del cambio climático", ha recalcado.
