La consellera de Medio Ambiente, Mireia Mollá, y el alcalde Joan Ribó se han comperometido con los vecinos de Pinedo en iniciar, a primeros de año, la gran reforma de la depuradora de Pinedo que acabará con los olores y las molestias que, durante décadas, ha generado a la población. 

En un breve encuentro de la consellera con los vecinos a las puertas de la depuradora, donde la esperaban con carteles de protesta, Mollà ha dicho que esta vez sí que se va a actuar. Que va en serio. Así mismo, se ha comprometido a "revisar la normativa para que los vecinos puedan hacer reformas en sus viviendas, así como para que el barrio pueda sufrir una transformción urbanística", punto que también ha corroborado el alcalde Joan Ribó. 

Hay que recordar que existe una sentencia judicial que obliga a derribar la tercera fase de la depuradora, sentencia que no se ha podido ejecutar porque los tribunales entienden igualmente que el daño medioambiental que se produciría al entorno de la Albufera sería superior al beneficio que se persigue. En consecuencia, existe un acuerdo general para poner en marcha un proyecto que, de alguna manera, compense a los vecinos sin llevar a cabo el derribo, proyecto que es el que han presentado consellera y alcalde a los vecinos. 

No se ha hablado de compensaciones económicas ni exenciones en impuestos, que eran otros de los puntos reivindicados.