La Policía Local de València preparó para la noche de Halloween un dispositivo orientado fundamentalmente al control del botellón. De hecho, los diez lugares elegidos para desplegar sus agentes se corresponden con lugares especialmente sensibles en este sentido, como la zona de Honduras, Blasco Ibáñez, Cedro, Benimaclet o la Marina. Sin embargo, la noche no fue especialmente complicada. Hubo desalojos en tres de estos puntos (Honduras, Benimaclet y el entorno de una discoteca del Marítimo), pero no hubo incidentes destacados. "La gente se fue marchando sin ningún problema y de forma pacífica", asegura el concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano.

Circunstancias favorables

En general, la sensación de la policía es que el tema del botellón ha bajado en esta noche de Halloween respecto a años anteriores, especialmente respecto al año 2021, cuando la salida de la pandemia y el miedo a nuevos confinamientos hacía salir cada fin de semana a las calles de la ciudad a miles de jóvenes ansiosos de divertirse. También parece que el hecho de haber un puente muy largo ha hecho que muchos estudiantes estuvieran fuera de la ciudad, otro factor determinante en estos casos. "Y algo habrá hecho también el trabajo policial. Si cada fin de semana se ponen 15 o 20 multas de 300 euros, eso va corriendo por ahí y la gente se controla más", explica Cano.

También los locales han tenido un comportamiento ejemplar. De trece inspecciones policiales, sólo ha habido una sanción, lo que demuestra que "hay que confiar en la gente y alterar menos el ambiente".