«Si la ciudad no está de acuerdo, me marcharé». Esta es una de las frases que dejó para las hemerotecas Ricardo Bofill con motivo de la exposición organizada por el Ayuntamiento de València en junio de 1982 para mostrar a la ciudadanía la propuesta del arquitecto catalán para el cauce seco del Turia. La exposición nacía con vocación de hacer pedagogía y recabar la opinión ciudadana sobre los planes del ayuntamiento para este gran vacío urbano, una vez descartada la delirante autopista proyectada en los estertores del franquismo.

Los salones de la Lonja medieval fueron el espacio elegido hace cuatro décadas para mostrar los dibujos, los planos y la monumental maqueta (de diez metros de longitud) del plan especial de reforma interior (PERI) del Viejo Cauce del Turia, que fue el centro de atención de la exposición. El genial arquitecto catalán, fallecido en enero de este año, cuidó al máximo todos los aspectos del plan y acudió a profesionales de prestigio como el maquetista Ettienne Follenfant y el arquitecto y dibujante norteamericano Patrick Dillon para fabricar una precisa maqueta del Jardín del Turia. 

La maqueta, que en 1983 viajó a Roma para una exposición, volvió posteriormente a València. Durante años estuvo en el antiguo ayuntamiento de la avenida Aragón, y más tarde se trasladó a la Tabacalera para finalmente acabar desmontada y abandonada, nadie sabe explicar cómo, en un almacén de Paterna del que ha sido rescatada ahora por el Ayuntamiento de València, que planea volver a exhibirla de forma permanente. La maqueta, aún sin terminar de restaurar, puede verse ahora, hasta el 1 de diciembre, en la exposición sobre el Plan Especial del Jardín del Turia organizada por el Ayuntamiento de València, el Colegio Territorial de Arquitectos y el Ayuntamiento de València y Ricardo Bofill Taller de Arquitectura (RBTA) con motivo de los 35 años del plan.

La exposición del plan especial del Jardín del Turia de la Lonja en 1982

El taller de Vicente Herráiz y Lucas Gómez, el mismo que recuperó otra espectacular maqueta, la del plano del padre Tosca del Muvim, se ha encargado de restaurar la maqueta de Bofill, que contaba con 20.000 arboles en miniatura que se perdieron y han tenido que rehacerse. En la maqueta se apreciaba un nivel de detalle que se ha perdido en los proyectos de arquitectura actuales donde «todo son estándares», explica el arquitecto David Estal, comisario de la exposición junto con Elena Bodoque (RBTA).

En la «exposición de la exposición» de la sede del CTAV pueden verse además los planos y dibujos a color originales de gran minuciosidad y detalle. En ellos se aprecia el patrón casi arquitectónico del arbolado del parque, donde se ordenaban con simetría las distintas especies (cipreses, pinos, moreras y frutales…). «Quienes vienen a ver la exposición nos preguntan si los cuadros están a la venta porque son obras de arte», aseguran en el colegio. 

un jardín simétrico junto a las naves de cros Detalle del tramo de la Ciudad de las Arts (añadido posterior) del Plan Especial de Reforma Interior del Cauce del Turia, 1982. Lápices de colores sobre papel. Archivo RBTA. Fernando Bustamante

La exposición del CTAV pone el foco en los orígenes del proyecto impulsado por el gobierno del socialista Ricard Pérez Casado, cuyo acierto nadie discute hoy pero que en su momento encontró resistencia. Ya había habido un primer concurso en 1978 sobre la ordenación de viejo cauce que quedó desierto. «Quizás faltó atrevimiento», apunta Estal. La idea que entonces defendían académicos y arquitectos era reforestar el cauce. Entonces llegó Ricardo Bofill, que ya entonces era una arquitecto de fama internacional, al que el ayuntamiento le hizo el encargo directo y “nos presentó un jardín neoclásico”, generando un intenso debate, explica Estal. 

La exposición del avance del plan especial del viejo cauce de 1982 fue acompañada de numerosos actos públicos, se proyectaron vídeos con filmaciones históricas, se celebraron mesas redondas protagonizadas por miembros del taller y por el propio Bofill y el alcalde. El plan fue validado y con el la ciudad se encaminó hacia la modernidad. 

Ya lo avanzaba el filósofo Xavier Rubert de Ventós en el prólogo del plan especial: «Ricardo Bofill no ha pretendido en València realizar una idea ni hacer un gesto fuerte sino más bien imaginar un núcleo generativo y ejemplar que, más allá de si mismo, tienda a orientar desde la percepción de la ciudad hasta su forma de crecimiento, desde el tráfico a la infraestructura y a la misma especulación».

La filosofía del plan de Bofill sigue vigente, aunque el nuevo cauce se fueron introduciendo elementos de obra dura que el arquitecto no proyectó, como la icónica Ciudad de las Artes y las Ciencias. Bofill diseñó el Jardín del Turia de principio y a fin, con una gran lago en la cabecera y una llegada al mar a través de la dársena, sin recuperar la desembocadura ni el agua como se plantea ahora en el concurso de proyectos convocado por el actual alcalde, Joan Ribó, para la ordenación del tramo final del jardín. Bofill planteó que el jardín del Turia acabara en la dársena (actual Marina de València) en una gran plaza o ágora arbolada que daba protagonismo, a modo de pórtico, al Tinglado 5. 

Un río verde que se desborda Del Parque de Cabecera a la Marina de València. Fernando Bustamante

En el proyecto de Bofill el agua era evocada a través de lagos, láminas de agua y fuentes, como la del tramo del Palau de la Música que curiosamente en la maqueta (donde se ve el hueco del edificio, construido por Paredes posteriormente) no aparece en el actual tono rojo, uno de los colores fetiche del arquitecto. Bofill no quería que el río volviera a tener agua porque pensaba que sería una barrera y dividiría el parque en dos orillas. Su proyecto tenía un visión metropolitana de València, excedía el jardín y pensaba en los bordes, proyectando dos ejes verdes paralelos al jardín en Blasco Ibáñez y la actual avenida de Francia, entonces un espacio industrial degradado.

el tramo del palau sin el coliseo i Bofill se reservo el desarrollodel tramo del Palau de la Música (Paredes, 1987) Fernando Bustamante

El alcalde de València asegura que la exposición del CTAV evidencia "la de esta gran zona verde, el jardín urbano más largo de Europa, en el que cada día miles de personas pasean, hacen deporte y disfrutan de sus instalaciones” y recuerda que “ya ha empezado el procedimiento para finalizarlo con la construcción del Parque de Desembocadura”. "El Jardín del Turia existe gracias a la lucha ciudadana y a la contribución de grandes profesionales como Ricardo Bofill", añade.

La desembocadura del Jardín del Turia del plan de Bofill acaba en la Marina Fernando Bustamante