Una modificación en la ley de urbanismo amenaza el 7 % del bosque de la Devesa

La norma obliga a establecer cortafuegos de 30 metros de ancho alrededor de las edificaciones levantadas en terreno forestal, lo que conllevaría la tala de hasta 5.000 pinos en el parque natural

Edificaciones en el bosque de la Devesa en torno a las cuales habría que levantar cortafuegos de 30 metros de ancho.

Edificaciones en el bosque de la Devesa en torno a las cuales habría que levantar cortafuegos de 30 metros de ancho. / EDUARDO RIPOLL

Mateo L. Belarte

Mateo L. Belarte

El cambio climático ha agravado los incendios forestales y algunas Administraciones como la Generalitat han optado por legislar en busca de limitar el potencial destructivo de los nuevos fuegos. Los principios básicos en la gestión de estas emergencias son claros, priorizando por este orden la seguridad de las personas, de los inmuebles y por último, de los espacios naturales.

Esa es la idea sobre la que descansa la modificación introducida hace alrededor de un año en la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje (Lotup) y que establece la obligación de crear cortafuegos alrededor de cualquier edificación situada en terreno forestal para proteger a sus habitantes y sus viviendas de las llamas. Un cambio legal que es de aplicación en todo el territorio autonómico pero que tendría repercusiones variadas por la múltiple casuística que se da en los diferentes municipios de la Comunitat Valenciana.

Una de las zonas más afectadas por la modificación de la Lotup sería el bosque de la Devesa, situado en el interior del Parque Natural de l'Albufera y donde según un informe solicitado por el Ayuntamiento de València tras la aprobación de los cambios legales, la nueva norma urbanística provocaría la pérdida de hasta el 7 % de su masa forestal por la creación de esos márgenes de seguridad en torno a las edificaciones, muchas de ellas construidas en pleno corazón de la zona protegida durante los años 60 y 70.

Ancho mínimo de 30 metros

La Conselleria de Agricultura introdujo en la Lotup una serie de medidas adicionales para la prevención de incendios forestales. Entre ellas, la orden de que "toda urbanización, núcleo de población, edificación o instalación destinada a uso residencial, industrial o terciario en terreno forestal o colindante al mismo" deberá establecer una "faja perimetral de protección" de un mínimo de 30 metros para romper la continuidad del combustible.

La intervención no exige talar por completo toda vegetación ubicada en ese ancho, sino que plantea actuar de forma progresiva: fija una zona de decapado (ausencia total de vegetación) de hasta seis metros, una de desbroce que solo permitiría mantener césped o arbusto bajo y una banda auxiliar en la que se plantean talas o podas selectivas.

Zonas de intervención alrededor de edificaciones en terreno forestal.

Zonas de intervención alrededor de edificaciones en terreno forestal. / Levante-EMV

Según el documento encargado por el consistorio y al que ha tenido acceso este diario, en el bosque de la Devesa habría hasta 48 zonas de actuación, con una superficie forestal de casi 58 hectáreas y que afectaría a varios hábitats considerados de interés prioritario. El proceso provocaría la tala de en torno a 5.000 árboles, en su gran mayoría pinos.

El informe considera «patente» que la Lotup «generaría un impacto de gran magnitud sobre la vegetación de la Devesa, agravado por el elevado valor natural de esta zona».

Edificaciones en el bosque de la Devesa en torno a las cuales habría que levantar cortafuegos de 30 metros de ancho.

Edificaciones en el bosque de la Devesa en torno a las cuales habría que levantar cortafuegos de 30 metros de ancho. / EDUARDO RIPOLL

Ante estas conclusiones, el equipo municipal está explorando intervenciones alternativas que minimicen la pérdida de masa forestal. Asumen que acometer talas es «inevitable» pero buscarán combinarlas con actuaciones complementarias a las que abre la puerta la ley, como la instalación de ‘cortafuegos húmedos’ con cañones de agua.

Los municipios tienen hasta fin de 2023 para cartografiar su territorio e identificar este tipo de edificaciones aisladas en terreno forestal y en torno a las cuales habría que desbrozar.

Los cortafuegos partirían en dos el parque natural

Una de las mayores preocupaciones del Ayuntamiento de València por los efectos de la modificación de la Lotup es que la eliminación de vegetación que rodea a las decenas de edificaciones que salpican el bosque de la Devesa parta en dos el parque natural. En algunos puntos, las hileras de edificios se extienden desde el mar hasta el lago y la carretera, por lo que al desbrozar 30 metros a ambos lados de las viviendas podría provocarse una discontinuidad que pondría en jaque el ecosistema al impedir el paso de la fauna de un lado a otro.

Es el principal motivo por el que desde el consistorio de Joan Ribó pusieron en marcha tanto el estudio para medir el impacto de la nueva Lotup como un segundo informe para explorar medidas alternativas a la silvicultura que rebajen la pérdida de masa forestal en un bosque que destacan que ha alcanzado la madurez ecológica y en el que apenas han ardido unas pocas hectáreas en los últimos ocho años.

Con los dos documentos y la cartografía, que esperan tener completada durante el primer semestre de 2023, el consistorio elaborará su propuesta para la Devesa, que no necesita de aval de la conselleria. En todo caso, aseguran que dialogarán.

Los ingenieros forestales reivindicaron ayer a este diario la necesidad de implementar la nueva Lotup. El decano del colegio oficial del sector, Juan Manuel Batiste, defendió la necesidad de estas intervenciones forestales ante la nueva generación de incendios. Asegura que decapar el área contigua a la vivienda es innegociable porque permite confinarse en caso de fuego, si bien se abre a actuaciones ‘blandas’ en zonas donde se pueden generar discontinuidades.

Edificaciones en el bosque de la Devesa en torno a las cuales habría que levantar cortafuegos de 30 metros de ancho.

Edificaciones en el bosque de la Devesa en torno a las cuales habría que levantar cortafuegos de 30 metros de ancho. / EDUARDO RIPOLL

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