Cómo cambia el paisaje de l'Albufera antes y después de la "perellonà"

La fotografía de Germán Caballero impacta. El Parc Natural de l'Albufera en su máxima expresión. Llena, soleada, cristalina. La plenitud del humedal más característico de València. Los arrozales con sus campos inundados. A rebosar. Encharcarlos, además, ayuda a combatir la creciente salinización del enclave por la subida del nivel del mar. En definitiva, una "perellonà" de leyenda en l'Albufera, prácticamente como las de antes. El retrato está tomado por la llamada "Sèquia Nova", en el término municipal de Alfafar, justo detrás del Puerto del Saler.

En contraposición, existe otra imagen envuelta de matorrales, arbustos, rastrojos que evidencian la sequedad de la tierra durante los meses de más calor. Y es justo la misma zona, la misma casa en ruinas y pintada con grafitis que pide una segunda vida.

L'Albufera y su biodiversidad disfrutan de un caudal histórico

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¿Qué especies se han recuperado?

Mantener los campos llenos de agua lleva aparejada la proliferación de flora como el Ranunculus baudotii o floreta de pasqua. El caudal ambiental del Júcar que ha ido entrando los últimos meses ha permitido la recuperación de especies de vegetación subacuática como la Najas marina y la transparencia de muchas zonas. La perellonà es uno de los momentos de máximo esplendor del Parc Natural de l’Albufera como espacio protegido. No solo por la estampa que ofrece el humedal, sino por sus efectos sobre la biodiversidad y las aves acuáticas.

Y todo ello gracias a la llegada de caudales por los desembalses técnicos programados por la Confederación Hidrográfica del Júcar y las aportaciones de la Acequia Real del Júcar que han permitido una lámina de agua que supera las 10.000 hectáreas.