Costas rescatará la concesión del hotel Sidi tras la anulación de la licencia municipal de actividad

La propiedad recurre y acusa al ayuntamiento de ralentizar e impedir la reapertura. La concejala de Actividades asegura que cinco informes avalan que el hotel no se puede reformar y explora la declaración de ruina para agilizar el derribo

La Dirección General de Costas del Ministerio de Transición Ecológica va a iniciar los trámites para caducar y rescatar la concesión del hotel Sidi otorgada en 2018 a Caixabank y BBVA. La decisión, avanzada a este diario por fuentes gubernamentales, llega después de que el Ayuntamiento de València haya completado el expediente de caducidad de la licencia de Actividad que tenía el establecimiento, en su día emblema del lujo, ubicado en primera línea de la playa del Saler, en el corazón del Parque Natural de la Devesa. Sobre el futuro del hotel, cuyo derribo reivindica el alcalde, Joan Ribó, las fuentes de Costas consultadas apuntan que es poco probable que en un entorno de máximo valor natural como la Devesa pueda albergarse en un futuro una actividad como la del hotel. Todo a pesar de las voces en contra, entre ellas las de los vecinos del Saler, que abogan por dar nuevo uso al inmueble para evitar que se convierte en una nueva ruina que se eterniza en el Parque Natural.

Costas y el el Ayuntamiento de València cierran filas para evitar la reapertura del hotel. El ayuntamiento explorará también con la Dirección General de Costas el inicio de un expediente de declaración de ruina para el Sidi. Es una de las vías para acelerar la demolición del edificio de seis alturas que tanteará el ayuntamiento una vez caducada la licencia de actividad y denegada la licencia ambiental y de obras.

Los propietarios del hotel, Coral Home (Caixabank) y Divarian (BBVA), por su parte, insisten en la reapertura del hotel y cargan contra la Administración por ralentizar los permisos necesarios para reformarlo y reanudar la actividad. Las mercantiles, tal como informó este diario, presentaron en 2019 un proyecto de reforma y mejora de integración paisajística, que el ayuntamiento descarta al estar declarado el edificio fuera de ordenación sustantiva (declaración que impide realizar obras distintas a las de mantenimiento e higiene). Una declaración contra la cual alega la propiedad, quien considera que en el edificio sí se podrían hacer obras de carácter estructural para reducir el impacto paisajístico.

La intención del alcalde, Joan Ribó, es derribar el hotel y regenerar la duna, tal como ha vuelto a insistir hoy. "El Sidi Saler no tiene cabida en el parque natural" ha afirmado el alcalde. "Está fuera de lugar, de contexto, y no puede continuar ahí". El alcalde ha explicado que había dado instrucciones a la concejala de Espacio Público Lucía Beamud para que lleve a cabo todas las actuaciones necesarias para que se acabe con la actividad hotelera". Beamud, ha dicho Ribó, "tiene todo mi respaldo para ello". "La postura está clarísima", la del alcalde y la de Compromís en València. Un empeñ, el de derribar el hotel, calificado por algunos como el "algarrobico valenciano", en el que se ha reiterado hoy la concejala de Actividades, Lucía Beamud, quien ha explicado en rueda de prensa que no caben nuevos usos para el hotel y que ya se ha notificado a Costas el trmátie de la caducidad de la licencia del hotel y la denegación de licencia de obras para que la tenga en cuenta a la hora de renovar la concesión a favor de las entidades bancarias propietarias del edificio.

"Caducidad improcente, reprobable e injusta"

Tanto Coral Home como Divarian han alegado contra la caducidad de la licencia, y no se descara que acudan a la vía judicial. Aducen que la licencia subsiste porque en el procedimiento de caducidad llevado a cabo por el ayuntamiento "no se ha acreditado la voluntad del titular de abandonar la actividad". De hecho, apuntan que el ayuntamiento inició en enero de 2019 los trámites para declarar la caducidad "justo cuando los titulares habían manifestado su inequívoca voluntad de retomar a la mayor brevedad posible la explotación del hotel", reprueba la propiedad, que acusa al ayuntamiento de "ralentizar la tramitación de las licencias y permisos para reanudar la actividad". Como ejemplo citan que el ayuntamiento ha tardado un año en reconocer el cambio de titularidad del hotel.

El ayuntamiento está actuando de forma "absolutamente improcedente, reprobable e injusta". Siendo su "única intención es que el hotel no se vuelva a abrir aunque tenga que acudir a fórmulas totalmente improcedentes como iniciar un nuevo procedimiento de caducidad de licencia". En la anterior legislatura del gobierno progresista ya se inicio una expediente de caducidad que fue anulado.

El declive del hotel de cinco estrellas empezó tras el último deslinde de Costas aprobado en 2008 cuando el establecimiento, situado en primera línea de la playa del Saler, quedó dentro de la zona marítimo terrestre y pasó a manos del Estado. Caixabank y BBVA se hicieron con el hotel y lograron en 2018 una concesión del Ministerio de Transición Ecológica para seguir funcionando como hotel. La concesión, sin embargo, ha caducado al no haber podido conseguir la licencia de obras del ayuntamiento para reformar y reabrir el hotel, cerrado desde 2011 y muy deteriorado.

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