València

El monstruo de las toallitas le cuesta 10 millones al año a València

El coste económico del mantenimiento de la red sería muy inferior si no hubiera que retirar estos productos desechables

Trabajos para limpiar el atasco del colector norte realizados en 2019.

Trabajos para limpiar el atasco del colector norte realizados en 2019. / FERNANDO BUSTAMANTE

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

El monstruo de las toallitas le cuesta mucho dinero al año a las arcas del Ayuntamiento de València. La falta de conciencia cívica de los vecinos y las vecinas de la ciudad que tiran estos productos de higiene íntima por el inodoro -además de otros como toallitas desmaquillantes, mascarillas, colillas, preservativos, pañales, algodones, tiritas o compresas- pueden provocar atascos en la red, y sobre todo, causan graves impactos ambientales y daños económicos millonarios. Fuentes del Ciclo Integral del Agua, que dirige la concejala Elisa Valía, han confirmado que el uso incívico del váter como si fuera una papelera o un cubo de basura sigue siendo una práctica habitual en València pese a las campañas de concienciación llevadas a cabo por esta concejalía y por otras instituciones. La presencia de todos estos desechos en la red de saneamiento "es importante" lamenta la munícipe socialista.

Anualmente, confirma la concejala Elisa Valía, se invierten 10 millones al año en el mantenimiento, conservación y limpieza de la red. La cifra es superior aún, sube a 14 millones, si se suma el mantenimiento de las instalaciones electromecánicas. Pues bien, la regidora señala que la partida anual dedicada a este concepto sería "mucho menor" si no hubiera que limpiar y eliminar toallitas y otros productos desechables, que los incívicos siguen tirando cada día por el retrete.

Valía destaca que hoy no existen atascos en los puntos más delicados de la red pero eso se debe a que se ha invertido mucho dinero en modernizar toda la infraestructura de saneamiento y porque se actúa especialmente en estos puntos críticos donde pueden acumularse estos residuos que no deberían llegar a la red en ningún caso. Con todo, el mandato de las autoridades está claro: "No tiene nada al inodoro que no sea papel higiénico". Por su parte, Elisa Valía subraya: "la mayoría de los valencianos hace un buen uso pero es cierto que el mal uso provoca que se tiren miles de toallitas al año al inodoro". En ese sentido, la regidora subraya la labor realizada por el Ciclo Integral "de vigilancia en toda la red" para que "acciones individuales no puedan comprometer a toda la ciudad". También el esfuerzo de concienciación ciudadana que hace su departamento mediante campañas de divulgación.

València es plana, lo que no ayuda al buen funcionamiento de las tuberías

València es una ciudad fundamentalmente plana lo que supone un problema añadido para el buen funcionamiento de la red de saneamiento. La escasa pendiente de la red provoca que las aguas residuales no circulen con fuerza por el sistema interior de tuberías y conducciones. Esto significa que si se tiran productos por el retrete, aunque sean desechables o biodegradables incluso, estos desechos se quedan en las paredes de las tuberías o se solidifican en la superficie de los colectores porque el agua no tiene fuerza suficiente para arrastrarlos. Además, la escasez de lluvia agrava este problema. Como no hay lluvias frecuentes, no hay tampoco efecto arrastre por episodios pluviales que empujen estos subproductos hacia los colectores.

La regidora subraya que el Ciclo Integral -y Acciona, que es la empresa que gestiona la red de saneamiento-, se aplican en el mantenimiento de estos puntos más vulnerables de la red donde se acumulan más residuos para que no afecten al normal funcionamiento de la red pero también "para evitar consecuencias" negativas para el medio ambiente.

Tal como se recordará, en el año 2019, por ejemplo, se produjo un atasco monumental en el colector norte, que se calcula que medía 3,5 kilómetros. Aquella incidencia provocó que se tuvieran que retirar más de 6 toneladas de toallitas. València logró acabar con el 'monstruo' de este tipo de desechos a finales de mayo de aquel año después de invertir 10 millones de euros y tras varios meses de intensos trabajos.

En España, la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS), alertaba hace 3 años de que los atascos provocados por las toallitas en las infraestructuras públicas de saneamiento, como redes de alcantarillado, equipos de bombeo y estaciones depuradoras de aguas residuales, generan un sobrecoste de más de 230 millones de euros al año. En el ámbito comunitario, un informe de la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua, Eur Eau, eleva los daños causados por las toallitas húmedas a más de mil millones de euros.