València

La pobreza lastra la escolarización de los niños chabolistas

Servicios Sociales defiende que los 364 menores que malviven en asentamientos e infravivienda tienen garantizada la sanidad y la educación

Asentamiento chabolista ubicado junto al barrio de San Marcelino.

Asentamiento chabolista ubicado junto al barrio de San Marcelino. / JM Lopez

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

Un total de 364 menores malviven en los asentamientos chabolistas de la ciudad así como en espacios de infravivienda, alquerías ocupadas o edificios en ruinas. Estos pequeños sufren lo que algunos expertos denominan la pobreza heredada, esto es, unas condiciones de vida precarias que marcan su existencia, desde el punto de vista de la educación y la salubridad, y que lastran su desarrollo emocional y social. Las precarias condiciones en las que viven, condicionan también su proceso educativo y de inclusión social. Fuentes consultadas por Levante-EMV en algunas organizaciones humanitarias recuerdan que son niños que habitan en infraviviendas sin luz lo que dificulta su aprendizaje. "La falta de electricidad, en invierno, provoca que no puedan estudiar cuando oscurece y que pasen frío", recordaba una portavoz de una entidad. Además, habitan en viviendas en precario donde "no disponen de espacios propios para poder estudiar o concentrarse en hacer los deberes". Todo ello, lastra su evolución personal. También adolecen de una seguridad familiar y de una estabilidad emocional pues forman parte de familias itinerantes que cambian de residencia con frecuencia porque, entre otros aspectos, han venido del extranjero para buscar mejores oportunidades.

Por otro lado, desde el punto de vista de la sanidad pública, tanto menores como adultos malviven en entornos llenos de residuos y basura, cuando no, de acequias insalubres y vertederos donde pueden contagiarse de enfermedades. Por ende, carecen de agua potable lo que les obliga a lavarse y beber en las fuentes públicas cercanas o en tanques que les suministran las entidades que trabajan con ellos. Tampoco hay red de saneamiento ni váteres que puedan utilizar. Pese a todas estas dificultades, las ONG consultadas remarcan que a diario se hace un seguimiento de las familias y de sus hijos para comprobar que asisten a clase y que tienen cubiertas sus necesidades básicas. "Además hay una coordinación con los técnicos de Servicios Sociales" para acometer "una integración global" con esta población especialmente vulnerable.

Por su parte, en el departamento de Servicios Sociales del Ayuntamiento de València subrayan que estos niños están escolarizados y tienen sus tarjetas sanitarias. Esto significa que van al colegio y que son atendidos en caso de enfermedad además de recibir las vacunas que les tocan, apuntan fuentes sanitarias. Paralelamente, una parte de sus familias perciben algún tipo de ayuda como la Renta Valenciana de Inclusión u otras prestaciones públicas, añaden los responsables de Servicios Sociales.

Tanto las fuentes oficiales como las entidades colaboradoras coinciden en que la atención a los pequeños afincados en asentamientos y núcleos de infravivienda es "una prioridad" de los servicios sociales municipales. En la misma línea, se expresan responsables de algunas organizaciones cuyos técnicos y voluntarios trabajan en los poblados chabolistas. Los chavales en edad escolar acuden al colegio donde reciben educación y se les proporciona una comida saludable y de calidad. "También participan en clases de refuerzo educativo o en actividades de tiempo libre donde meriendan antes de volver a sus casas", señalan desde otra asociación.

Asentamientos con niños

Dentro de la ciudad de València hay 37 asentamientos chabolistas. Los más conocidos son los del antiguo circuito de la Fórmula 1, los diseminados de la Punta, el poblado de San Marcelino, los núcleos de infravivienda de Nazaret y la Cruz Cubierta, así como otros asentamientos en la Fonteta de Sant Lluís, la entrada de Casa Gallineta en Malilla o los de la Torre y Benimàmet. A ellos, hay que añadir otra clase de enclaves de vivienda en precario como los bloques portuarios del Cabanyal y la vieja fábrica de Benimaclet. De todos estos casos, donde más población infantil hay son en La Punta, San Marcelino y en los bloques portuarios, que debe considerarse un asentamiento en vertical.

Vivir en condiciones de "gran insalubridad y falta de higiene"

En febrero de 2021, el grupo Ciudadanos, mediante sus concejales Fernando Giner y Javier Pocoví, presentó una moción en la Comisión de Servicios Sociales para crear una comisión específica que abordase el problema de los asentamientos chabolistas en València. Esta comisión, finalmente, se va a constituir en el seno del Consejo de Acción Social, el próximo 20 de febrero. En la moción presentada por Cs se alertaba del drama humanitario que suponen estos poblados de infravivienda. "Estos asentamientos carecen de los servicios básicos de acceso a la educación, sanidad y otros derechos y de condiciones de habitabilidad adecuadas y en muchas ocasiones presentan situaciones de gran insalubridad y falta de higiene e incluso problemas de alimentación, protección antes situaciones climatológicas adversas, economía de subsistencia y un alto grado de exclusión social, pese a las prestaciones y servicios ofrecidos desde Bienestar Social", decía esta moción impulsada por el grupo liberal.