València estrena la primera supermanzana con el vecindario dividido

La apertura esta mañana de la primera supermanzana ("superilla") peatonal de Valencia en la Petxina no ha dejado indiferente a nadie en el barrio. Los vecinos no han dudado tras el paso de la comitiva encabezada por el alcalde, Joan Ribó, y la vicealcaldesa, Sandra Gómez, en acomodarse en los asientos y bancos instalados en el cruce de las calles Calixto III y Palleter para tomar el sol y ocupar un espacio hasta ahora dominado por el tráfico. Otros se han mostrado más críticos con la peatonalización de este gran cruce, donde hay dos colegios, y en el que se acabó el aparcamiento y la doble fila habitual.

La supermanzana ha generado críticas tanto en el vecindario por la supresión de plazas de estacionamiento en un barrio de fincas antiguas con pocos aparcamientos como en los grupos de la oposición (PP y Ciudadanos). El gobierno del Rialto tiene previsto crear otra supermanzana en Orriols pero que antes de seguir exportando la medida a otros barrios como se anunció estudiará cómo funciona en la Petxina. "Vamos a estudiar como funciona aquí antes", ha asegurado Sandra Gómez quien ha recordado que se han establecido acuerdos con aparcamientos de la zona para que los residentes puedan arrendar plazas. El alcalde también ha apuntado que se estudia crear nuevas plazas para residentes (zona naranja) en el entorno para dar respuesta a los vecinos.

La vicealcaldesa, Sandra Gómez, se ha mostrado convencida de que la supermanzana será beneficiosa para el barrio y mejorará la calidad de vida de los vecinos al contribuir a hacer una ciudad más habitable. "Nadie discute ya que las peatonalizaciones o la reurbanización de entornos siempre es beneficiosa".

El alcalde, por su parte, ha reconocido que toda las actuaciones de peatonalización han estado acompañadas de críticas porque a los vecinos les toca andar un poco más, aunque apuntó que andar es bueno para la salud. Las críticas son habituales en todas las ciudades y pueblos que deciden peatonalizar calles pero "a término medio beneficiarán" ha destacado Ribó en alusión las quejas de comerciantes y restaurantes.

La "superilla" de la Petxina se suma así a los espacios ganados al coche en la ciudad a través del denominado urbanismo táctico que permite transformar en poco tiempo las ciudades con mobiliario provisional. En el cruce de Palleter y Calixto III los coches han dado paso a bancos de distintos diseños, a grandes maceteros con plantas aromáticas, nuevos alcorques con arbolado y zonas de juego (mesas de ping pong y de ajedrez)

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