La segunda parte de la Ofrenda estuvo caracterizada por el caos más absoluto, propiciado por la unión de todas las circunstancias previsibles: Ofrenda, 18 de marzo, sábado, afluencia masiva de vecinos y visitantes y lo que es peor: ausencia de pasarela en el punto más complicado, la unión de San Vicente con María Cristina.

La consecuencia es que, sobre todo en esa calle se vivieron no ya constantes parones, sino momentos de tensión. A lo largo del recorrido había habilitados pasos de peatones a base de vallas, especialmente en el tramo entre la plaza de la Reina y María Cristina. Éstos quedaron literalmente desbordados: para cuando quería pasar la siguiente comisión todavía había una riada humana, inmovilizada en un sentido y en otro. En la curva de María Cristina, el caos era aún mayor hasta que, pasada la tarde, los agentes de la Policía Local abrieron dos vías, una en cada sentido, para evitar la parálisis.

Mucho peor fue un poco más atras, donde desaparecían las vallas. Ahí, la invasión de gente era permanente, acabando por cortar el cortejo, invadir las filas, colisionar con algunos miembros de las comisiones y provocando gritos y empujones y constantes reproches de una parte de los asistentes que no veían con buenos ojos lo que estaban viendo.

Lo peor fue en la hora punta, durante las primeras horas de la tarde, cuando la ciudad estaba literalmente en la calle. Entre la salida de los toros, los tardeos, las propias visitas tanto a la Ofrenda como a los monumentos o el simple paseo de la ciudad, el hecho de que las dos principales vías de la ciudad estuvieran interrumpidas por el paso del cortejo generó todas estas aglomeraciones y, por ende, un retraso más que notable. Si el día 17 fue soportable, la llegada del fin de semana ha colapsado literalmente el centro.

Se da la circunstancia de que este año no se ha instalado la pasarela metálica que conectaba San Vicente y María Cristina y que, estrenada en 2017 y que duró hasta 2019, había servido notablemente para aliviar el colapso, que ahora se ha reproducido.