El ignorado sector del cementerio con fusilados de los dos bandos

Expertos piden un monumento de las dos memorias

El ignorado sector del cementerio con fusilados de los dos bandos | FOTOS DE M.A.

El ignorado sector del cementerio con fusilados de los dos bandos | FOTOS DE M.A. / claudio moreno. valència

Claudio Moreno

Claudio Moreno

València ha avanzado recientemente en la protección del Horno de Cal de la Cruz Cubierta, un símbolo de reconciliación democrática que en su día fue utilizado por los dos bandos de la Guerra Civil como paredón de fusilamientos. Pero existe otro lugar en la capital del Turia que, conteniendo las dos memorias, lleva décadas ignorado por instituciones y buena parte de la ciudadanía, y sólo una fría cruz de piedra recuerda vagamente la importancia de este punto, la sección Quinta Derecha del Cementerio General, en diferentes periodos históricos de la ciudad.

Dicho sector del camposanto empezó a emplearse para enterrar a los derechistas en agosto de 1936, cuando València se decantó por la República y una retaguardia de «incontrolados» decidió matar a personas por su pensamiento católico. Hasta que en 1939 llegó Franco al poder y los sublevados fusilaron —metódicamente y durante décadas— a republicanos que antes habían sido procesados en juicios, con el respaldo de la dictadura y el conocimiento de la Iglesia y el Ayuntamiento.

«La historia de la Quinta Derecha me la contó el hijo del enterrador de la época», relata Matías Alonso, coordinador del grupo por la Recuperación de la Memoria Histórica (GRMH). «La rememoraba con mucho dolor, explicando que a su padre se le amontonaban los cuerpos en la puerta, primero de un bando y años más tarde del otro», resume Alonso sobre una sección que no solo fue utilizada como fosa: «También se iba enterrando aquí a la población civil que moría por su edad, normalmente pobres sin dinero para pagar un nicho. Si miras al suelo ves la retícula; la tierra revela que aún hay restos humanos en ese espacio».

Un espacio ajardinado que durante años estuvo a la sombra de la Séptima Derecha, «aquella sección en lucha contra los desmanes de Rita Barberá». «Fue hace 20 años cuando descubrimos que la alcaldesa estaba intentando hacer desaparecer las fosas comunes de la sección séptima. Su proyecto consistía en edificar torres de nichos sobre los restos de las personas enterradas allí, pero entonces aparecieron huesos trasladados desde el cementerio en una cantera de Sagunt y fue la primera vez que Barberá se vio obligada a pedir perdón. Al menos conseguimos parar la edificación, algo que no ocurrió en la Quinta Derecha», señala el exsecretario de Memoria Histórica del PSPV provincial.

El ignorado sector del cementerio con fusilados de los dos bandos

El ignorado sector del cementerio con fusilados de los dos bandos / claudio moreno. valència

La zona de los panteones

Se refiere Alonso a los panteones levantados desde los años setenta sobre la tierra que guarda los restos de humildes y fusilados. «Allí metieron los panteones de los pudientes destrozándolo todo. Al profundizar en cada panteón —uno de ellos de González Lizondo— los trabajadores vieron salir cráneos con agujeros de bala; se sabía que eran represaliados de ambos bandos, pero fueron los años de la UCD y nadie controló la aparición de aquellos huesos. De hecho, se intentaron ocultar. Y como se han destruido cuatro quintas partes de la sección muchas familias han perdido hoy el derecho a reclamar sobre las centenares de víctimas que allí descansan. La sección Quinta Derecha tiene muchas claras y un único denominador común: siempre ha sufrido desprecio y maltrato».

Por todo ello, Alonso reclama para esta sección un monumento memorialístico como el que preside la Séptima Derecha, donde se explican los hechos que allí tuvieron lugar. «Obviamente no se trata de poner a todos en el mismo nivel. El gobierno republicano acabó con los fusilamientos mientras que el franquista continuó esa acción de venganza y odio contra los vencidos durante décadas. Sin embargo, los nietos no tienen culpa del destino que tomaron sus abuelos, y también ellos tienen derecho a cerrar sus propias heridas», puntualiza el experto en Memoria Histórica.

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