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Un plan para proteger Patraix: el barrio que fue pueblo

La apuesta por la peatonalización prima en los planes de futuro

Viviendas tradicionales de la plaza de Patraix, que ya quedan protegidas por el nuevo plan. | M. A. MONTESINOS

A raíz de la abolición de los Señoríos en 1811 y tras la promulgación de la Constitución en las Cortes de Cádiz (en 1812), dando opción a formarse ayuntamientos constitucionales en cada lugar, villa o ciudad, Patraix se declaró municipio independiente en 1816, hasta el año 1870, en que solicitó de nuevo anexionarse a la ciudad de València. Durante el siglo XIX tuvo alrededor de 500 habitantes. Hoy es un populoso barrio que forma parte de la capital valenciana pero donde se mantiene muy a flor de pie el sentimiento de pertenencia a un poble. Su núcleo histórico conserva la tipología tradicional, con casas y alquerías de arquitectura singular, calles estrechas y edificios declarados Bienes de Relevancia Local, como la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, a la que se accede por la plaza principal; o vestigios como las alquerías y los inmuebles de la calle Marqués de Elche, de época decimonónica.

El pasado martes se aprobó en el pleno del Ayuntamiento de València el Plan Especial de Protección del Núcleo Histórico Tradicional de Patraix. Entre las propuestas vecinales recogidas en este documento se incluyen la ampliación del ámbito del Núcleo Histórico Tradicional de Patraix, con la manzana de Fray Mateu cuya forma corresponde al trazado de la acequia de Favara, así como los edificios de finales del siglo XIX de la calle Marqués de Elche y la totalidad de las parcelas en Joan Baptista Coratjà.

Llibre del Repartiment y Jaume I

El presidente de la Asociación de Vecinos de Patraix, Toni Pla, recuerda que recientemente han aparecido nuevos restos arqueológicos que podrían ratificar el origen romano del barrio valenciano, en forma de un asentamiento vinculada a la Valentia latina. Más conocida es la inclusión del actual Patraix en el Llibre del Repartiment, donde se mencionan las alquerías de Petraer, antecedente de Patraix, que el rey Jaume I donó a su escribano Guillem Escrivá por su ayuda en la conquista de València.

En esa etapa cristiana se configuró el espacio público de la plaza Mayor, con su genuina forma triangular que se mantiene en la actualidad. Esta gran ágora condiciona toda la vida cultural, ciudadana y festiva del antiguo pueblo. Con el tiempo, el Señorío de Patraix pasó de los Escrivá a la Corona en 1567 y posteriormente, en 1769, fue vendido al marqués de Elche, el cual a su vez lo vendió al marqués de Cruilles, cuyos descendientes obtuvieron el título de barón de Patraix. Ambos títulos nobiliarios dan nombre a dos calles de la barriada.

Alquerías de finales del siglo XIX, que deberán respetar unas normas en caso de reformas. | R.L.V.

El plan de Patraix, que ya goza de todos los predicamentos legales, define los diversos grados de protección y tipos de intervención posibles en las fincas y en las viviendas ya existentes. Igualmente, garantiza la armonización de las nuevas edificaciones estableciendo un número máximo de plantas y altura junto a la revisión de los usos en el núcleo histórico y su ampliación para que resulten compatibles con la protección de los inmuebles. Entre otras cuestiones, se prevé mantener la estructura urbana del núcleo histórico, protegiendo las alineaciones históricas y su morfología tradicional.

Asimismo, la entrada al centro histórico tradicional de Patraix por la Avenida de Tres Forques, en un futuro, deberá ser un espacio peatonal grande con zonas ajardinadas, al igual que la plaza de Patraix, corazón del barrio. En las calles Joan Baptista Coratjà, Turís y el Corazón de Jesús, habrá igualmente preeminencia peatonal. Además, se habilitarán itinerarios ciclistas y a pie para mejorar la calidad ambiental de la zona.

Siete años de larga espera

Ha habido que esperar 7 años hasta que se ha podido aprobar este documento, fruto del empeño de Sandra Gómez, concejala socialista y exresponsable de Urbanismo, y del consenso con la Asociación de Vecinos del barrio. Especialmente ha sido muy lenta la tramitación en la Generalitat Valenciana donde han tenido que informar Patrimonio y la Comisión Territorial de Urbanismo, entre otros organismos.

Con todo, después de tantos años, el presidente de la entidad, Toni Pla, se muestra «satisfecho» porque finalmente el Ayuntamiento de València ha ratificado en pleno este plan pero lamenta: «Se ha tardado mucho». Tanto que ante la tardanza administrativa se optó por dar licencias, arreglo al plan antiguo, para que particulares interesados en rehabilitar sus casas o promotores que querían edificar en pequeños solares, pudieran hacerlo. Esto contribuyó a reactivar la iniciativa privada y a evitar un mayor deterioro en algunas construcciones de época pero tiene el peligro de que se hayan perdido restos arqueológicos, reflexiona Pla.

Para el futuro, el dirigente vecinal apuesta «por la coordinación» entre la administración pública y la iniciativa privada. Hasta ahora se han efectuado reformas y obras nuevas por parte de la iniciativa privada, pero la pública, «se ha quedado atrás».

De hecho, recuerda que en los Presupuestos Participativos de DecidimVLC «ya había inversiones aprobadas para actuaciones de peatonalización en el centro histórico de Patraix», que deberían ejecutarse de forma inmediata.

A su juicio, la administración debe trazar un calendario de inversiones para transformar Patraix pero ante todo, tienen que coordinarse y planificarse los agentes privados con el ayuntamiento.

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